La naturaleza es capaz de crear casi cualquier cosa y las serpientes se enmarcan como una de sus criaturas más peculiares. Hemos hablado en anteriores artículos de auténticos monstruos que han revolucionado la red y se han convertido en tendencia mundial. La enorme babosa de Canadá o el extraño animal de Taiwan son algunos de los ejemplos del poder de la naturaleza y de la peculiaridad de la fauna que habita en nuestro planeta. Pero esta vez te hablamos de una enorme criatura que incluso quería acabar con la vida de un hombre de un solo bocado. Nos estamos refiriendo a la gigantesca serpiente pitón indonesia que se ha vuelto viral en las últimas semanas. Te lo contamos.
Una criatura colosal
La fotografía que se ha hecho famosa en la red
La isla de Sumatra (Indonesia) se convirtió hace unas semanas en el escenario perfecto para la aparición de uno de estos animales que suelen verse solo una vez en la vida. La historia comienza con Robert Nababan, el vigilante de una conocida plantación de aceite de palma de un subdistrito de Sumatra. Un trabajador que vivió una experiencia inolvidable cuando se encontró de frente a una serpiente pitón de un tamaño fuera de lo normal. Los 7,8 metros de longitud de la criatura le hicieron parar su vehículo para proceder a su retirada. Pobre de él, ya que la serpiente se lo tomó como una amenaza y atacó con todas sus fuerzas al bueno de Robert, atrapándolo y envolviéndolo entre su cuerpo.
No contento con eso, el arriesgado vigilante de 37 años intentó atrapar a la pitón con una bolsa de yute, una planta tropical muy común en Sumatra, pero la pitón fue más lista, y en un rápido movimiento, consiguió morder su brazo. La fuerza con la que la serpiente hincaba sus potentes mandíbulas generaron los gritos de dolor de un Robert que ya veía su vida pasar. Sin embargo, las voces sirvieron de aviso para que otro vigilante y varios aldeanos pudieran llegar al lugar de los hechos y acabar,de forma costosa, con la vida de la serpiente.
El cazador casi cazado
EL vigilante estuvo a punto de perder el brazo
El susto seguía en el cuerpo de Nabadan. Un hombre al que le gustaba cazar serpientes pero que esta vez había sido la vulnerable presa de una de ellas. Esta vez, el proceso no fue el mismo pero se calcó el resultado. Después del ataque, el vigilante fue trasladado rápidamente al hospital, mientras que los aldeanos cortaron en trozos la serpiente, frieron su carne y se montaron el festín más grande que habían disfrutado en años.
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