La curiosa razón por la que las modelos nunca sonríen

Cada vez que observas un desfile de moda o ves las fotos de un catálogo siempre te das cuenta de una cosas: las modelos rara vez sonríen a la cámara ¿pero es realmente necesario que las modelos estén tan tristes? Parece que existe un motivo para aparecer con cara larga al lucir la ropa de los diseñadores y firmas de moda y lo cierto es que sería una razón de lo más comprensible.

Por qué las modelos no sonríen

«Nunca olvides que es la ropa lo que están mirando y no las modelos», explica Victoire Macon Dauxerre, ex modelo de Celine y Alexander McQueen. En su libro, ‘Never Thin Enough’, dice que la instaron a ‘nunca, nunca sonreír’.

Pero no es la única modelo que ha desvelado esto a lo largo de los años. Muchas de las consideradas «top models» han dejado claro en los últimos años que lo mejor para posar con estilo en la pasarela o en imagen es colocar la  «mirada asesina altiva» perfecta, que consiste dejar caer un poco la barbilla y poner los ojos en blanco al mismo tiempo. “La prohibición de no sonreír es clara, quieren mostrar la ropa y no nuestra cara. Si sonreímos llamamos la atención sobre nuestra cara y no sobre la ropa”, dijo Villot.

Hubo una época en la que sí sonreían 

La historiadora de la moda Lydia Kamitsis explicó que no siempre fue así. «La moda de las modelos inexpresivas en realidad es muy reciente», dijo, y se remonta al éxito de los diseñadores japoneses Yohji Yamamoto y Commes des Garcon a principios de la década de 1980. «Este también fue el período de las supermodelos (Cindy Crawford, Imam y Elle Macpherson), que tenía mucha personalidad y fue una reacción en contra de eso”, dijo.

«En 1960, cuando las colecciones se presentaban como espectáculos, las modelos a menudo sonreían, reían y bailaban al son de la música».

«Ahora, sin embargo, caminan como perchas. Se trata de borrar su identidad… la ropa es de los diseñadores», explica la antropóloga Leyla Neri, directora de moda de New School Parsons Paris.

«Las modelos de la década de 1950 sonreían todo el tiempo, en realidad eran como muñecas vivientes», agregó. «Con la emancipación y con diseñadores como Yves Saint Laurent, fuimos hacia un look andrógino y las mujeres se volvieron más masculinas y poderosas».

Quieren rostros y cuerpos más neutrales para exhibir su trabajo. Ya no ven a sus modelos como un ideal de belleza. Esto es algo que el público ha malinterpretado. Sin embargo a veces, iconoclastas como el diseñador francés Jean Paul Gaultier envían modelos sonrientes a la pasarela, aunque no es la norma actual».


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