Los mosquitos son auténticos compañeros de desgracias que vuelven puntuales cada verano. Estas pequeñas criaturas nos atormentan especialmente por la noche, y su presencia junto con el calor agobiante y el sudor a veces hacen que las horas que normalmente deberíamos dedicar a dormir se conviertan en una auténtica pesadilla con los ojos abiertos. Sus mordeduras generan unos molestos puntos rojos de los que suele partir un picor incontenible. Y no será nada difícil notar cómo estos insectos prefieren enfocarse en particular en ciertas partes específicas del cuerpo. En concreto una zona que puede que ya tengas acribillada. Os explicamos ahora, la curiosa razón por la que los mosquitos pican más en los tobillos.
¿Por qué los mosquitos pican los tobillos?
Un estudio realizado por investigadores de Estados Unidos ha logrado explicar el porqué los mosquitos pican en determinadas zonas del cuerpo, y en concreto en los tobillos.. Los mosquitos se centran especialmente en estos puntos porque es allí donde les resulta más fácil recibir las sustancias químicas que produce nuestro organismo. El proceso de respiración en los humanos conduce a la expulsión de dióxido de carbono, pero además también lo hacen los poros de la piel, aunque de forma diferente para cada parte del cuerpo: y esa es precisamente la verdadera ‘llamada’ de los mosquitos incluso si están a distancia.
De hecho, parece que es precisamente en los tobillos, donde se concentra una buena cantidad de Co2 pero no sólo eso sino que es en los pies es donde se acumulan más bacterias que emiten un olor todavía más fuerte que también los atrae y que ahí que nuestros pies también se vean afectados, así como el resto de la pierna.
¿Cómo nos detectan los mosquitos?
A raíz de este estudio se supo que las razones por las que los mosquitos tienden a picar en ciertas partes del cuerpo en comparación con otras son tanto de naturaleza químico-biológica como de naturaleza ‘práctica’, dado que estos insectos son capaces de picarnos sin que nos demos cuenta y no sólo porque apenas pesan nada y nuestra piel no nota que se han posado encima. De hecho, suelen buscar siempre las zonas del cuerpo que para ellos resultan «estratégicas» para que no los veamos. Los tobillos parecen ser una de esas zonas, así como las rodillas, y la nuca, pero no los verás picándote en la cara o en las manos, aunque también en ocasiones nos encontremos alguna que otra picadura en esta zona.
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