Esta semana la Agencia Espacial Europea (ESA) ha comunicado que va a poner en órbita un telescopio para monitorear en tiempo real los pequeños fragmentos de los desechos espaciales. Por increíble que parezca, trozos de apenas unos milímetros de diámetro, similares en tamaño y forma a una bala, pueden causar graves daños en los satélites.
Se trata del primer telescopio de este tipo que se va a lanzar al espacio, y la ESA espera que pueda estar listo en 2025. Todo depende de la aprobación de fondos en el Consejo de Estados Miembro de la Agencia Espacial Europea, que se celebrará en 2022.
¿Cómo y cómo funciona el telescopio?
Será un telescopio óptico de 20 centímetros de ancho que orbitará a entre 600 y 700 kilómetros de altura del planeta Tierra. Los modelos informáticos elaborados por la NASA y la ESA han determinado que la mayor de los fragmentos de desechos espaciales se encuentran a esta altura.
Tim Flohrer, director de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, citado por Space.com, explica que será un telescopio totalmente pasivo. Trabajará según el principio de que el Sol ilumina el objeto y luego los científicos detectan el reflejo del objeto en cuestión.
Tanto la ESA como la NASA desarrollan y ponen en marcha sus propios modelos de desechos espaciales. Lo hacen en base a distintos enfoques, tal y como explica Flohrer. Cuando los pedazos son de tamaño grande, los modelos de ambas agencias coinciden en su distribución, pero cuando se trata de fragmentos más pequeños, hay diferencias entre unos modelos y otros.
Para entender el por qué es tan importante este telescopio para vigilar los desechos espaciales, hay que remontarse al año 2016. Fue entonces cuando una partícula de apenas un milímetro de diámetro atravesó el satélite de observación de la Tierra Copernicus Sentinel-1A operado por la Agencia Espacia Europea.
Por suerte, Copernicus Sentinel-1A pudo seguir su misión y completarla con éxito. Sin embargo, tal y como indican los científicos, las consecuencias habrían sido catastróficas si la bala espacial, que viajaba a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora, hubiera golpeado el cuerpo principal de la nave.
Por último, cabe señalar que la Universidad de Kioto y una empresa japonesa han unido sus fuerzas para fabricar los primeros satélites fabricados con madera para reducir la basura espacial. Podría estar listo para el año 2023.
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