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La esponja Zinchenko


Ahora mismo cuesta reconocer en la figura apenada de Oleksander Zinchenko (Radomyshl, Ucrania; 24 años) al jugador jovial que acostumbra a ser en el Manchester City. No hay lugar para las bromas desde que se sintió responsable del gol de Kai Havertz en la final de la Liga de Campeones ante el Chelsea. Mason Mount profundizó para el delantero alemán después de que Timo Werner se llevara a Rúben Dias a un costado y el lateral internacional por Ucrania no llegó a tiempo para cerrar la jugada que supuso el gol y la victoria blue. Zinchenko se quedó un buen rato agachado y desconsolado en la cancha del Oporto.

Había sido uno de los protagonistas de la semifinal ganada al PSG, tanto en París como en Mánchester, felicitado incluso por Rúben Dias. Y su temporada era fenomenal hasta el gol de Havertz. Aquella jugada todavía le martiriza en la Eurocopa después de las derrotas ante Austria y Países Bajos y el triunfo con Macedonia del Norte.

“No han sido por desgracia mis mejores partidos con la selección”, reflexiona antes del cruce de octavos contra Suecia (21.00, Telecinco), el equipo que con su victoria contra Polonia posibilitó precisamente el pase de Ucrania. “Aunque hay cansancio, más que físico es un problema psicológico”, ha argumentado. “No recuerdo días peores que los que siguieron a la final de la Copa de Europa. No me gusta excusarme porque sería una muestra de debilidad. Intento dar siempre lo mejor de mí y acepto las críticas porque me harán más fuerte a mí y al equipo; por eso queremos rehabilitarnos ante todo el país y la afición”, remachó Zinchenko.

Ya nadie se acuerda del show que se organizó cuando Ucrania derrotó a Portugal y se clasificó para la Euro 2020. Zinchenko no paró de celebrar la victoria ante las cámaras y la fiesta fue completa en Kiev. La fase final se preparó con una fuerte carga simbólica que obliga a no decepcionar a Ucrania. Alcanza con recordar el contencioso con Rusia por la inclusión de Crimea en el mapa del país que ilustra su camiseta amarilla y azul y los lemas en favor de Ucrania. Zinchenko sabe bien de qué va el conflicto con Rusia.

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Nacido en Radomyshl, Zinchenko ingresó a los 12 años en la academia del Shakhtar Donetsk. Las relaciones nunca fueron fáciles, hasta el punto de que se negó a renovar sin debutar en el equipo profesional. Hubo de por medio el interés del Rubin Kazan y estalló la guerra en Donbás. No se sabe si por consejo de su madre o por decisión propia, Zinchenko se largó con 17 años a Moscú. No pudo jugar durante seis meses y se entrenó en la calle a la espera de resolver su situación con el Shakhtar.

El club aseguraba que el jugador le pertenecía y Zinchenko recurrió al TAS. La sentencia le permitió fichar en 2015 por el Ufa de Rusia. Y entonces llegó la oferta de 1,7 millones del City Football Group. La entidad controla muchas promesas que abastecen a los equipos que están alrededor del City de Pep Guardiola. Zinchenko era en 2016 un joven interior zurdo o un mediapunta, internacional en las categorías de Ucrania, que necesitaba volar antes de llegar al Etihad.

Aunque la cesión al PSV Eindhoven fue fallida, se estabilizó en el City como lateral izquierdo, la posición que Guardiola vio que se adaptaba a sus características y a las funciones que pedía el equipo, después del paso de Delph, Danilo, Mendy o Cancelo. Ya no le movió ni una oferta del Wolverhampton. “Es una esponja”, responde el técnico cuando se le pregunta por Zinchenko y su capacidad para incrustarse en el medio campo, atacar por dentro y por fuera, y también para replegar, tarea compleja en el City. Muy pocos futbolistas se sienten tan responsabilizados, ya sea como figura en su selección o como meritorio en el City, medio o lateral, como Zinchenko.

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