El metro es uno de los medios de transporte más utilizados en todo el mundo, presente principalmente en grandes ciudades en las que el movimiento de millones de personas es diario, por lo que es necesario un transporte rápido, amplio y eficaz para trasladarlas. Te contamos la terrorífica historia que se esconde bajo una de las estaciones más transitadas del Metro de Madrid, la cual fue construida sobre un cementerio… ¡y muchos de los cadáveres siguen ahí!.
Viajar en metro es toda una experiencia por muchos motivos, y uno de ellos es sin duda por la historia que suelen esconder sus estaciones, en muchos casos increíbles historias que son desconocidas por la gran mayoría de los usuarios pero que sin duda merece la pena conocer.
El cementerio bajo la estación de Tirso de Molina que poca gente conoce
La estación de Tirso de Molina, perteneciente a la línea 1 del Metro de Madrid, esconde una de las historias más increíbles de la red subterránea de la capital, tal y como cuentan en la cuenta Terrores Nocturnos (@terroresnocturnos.trn), el perfil en TikTok de un podcast en el que se cuentan este tipo de historias curiosas y algo truculentas. El vídeo se centra en el cementerio que está bajo la estación, en el cual hay aún muchos restos humanos.
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Con 100 años de historia, no siempre fue una estación de metro, ya que allá por el año 1564 se empezó a construir ahí el Convento de la Merced, el cual tenía tres plantas y se dieron varios hechos terroríficos a partir de 1809, principalmente a partir de la expulsión de los mercedarios del edificio durante la invasión de las tropas napoleónicas. Los casi 3 siglos de historia que tenía el convento hasta el momento quedaron sepultados junto con los restos de quienes allí estaban.
Ya en 1920 se puso en marcha el ambicioso proyecto de Alfonso XII de construir un medio de transporte subterráneo, y un año después de inauguró la estación, surgiendo durante ese tiempo las noticias de que durante las excavaciones habían aparecido varios restos y criptas al picar paredes. Más de 200 cadáveres de frailes que llevaban siglos allí atrapados y que algunos siguen allí tras la construcción del convento.
Una historia terrorífica que resulta curiosa y que te hace ver de otra manera la estación de Tirso de Molina cada vez que pasas por ella. Sólo una de las muchas historias que esconde la red subterránea madrileña.
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