No cabe duda de que, en los últimos años, el coronavirus ha hecho mella en el panorama nacional. Muchas han sido las personas que han perdido la vida a consecuencia de esta afección, y entre ellas, numerosos rostros conocidos como el de Carlos Marín. La emblemática voz española de Il Divo decía adiós de manera repentina en Manchester hace ya seis meses a consecuencia de varias complicaciones derivadas de un contagio. Una durísima despedida para sus seres queridos y compañeros de profesión, que en diversas ocasiones han manifestado el dolor que sienten a través de distintas vías.
No obstante, esta muerte tampoco ha estado exenta de polémica. En un primer momento, el también vocalista Urs, insinuó que la tragedia había sido únicamente culpa de Carlos, dejando entrever que no estaba vacunado y que, incluso, la banda ya estaba buscando a alguien con quien suplirle. Unas palabras que no gustaron nada al círculo más cercano de Marín, que puso el asunto en manos de su abogado para proteger el honor del fallecido por medio de severas acciones legales.
Más tarde, el mismo periódico que dio esa información, ABC, también ha podido saber que este no habría sido el único problema al que se ha visto obligada a enfrentarse la familia del cantante, ya que, ellos mismos consideran que su expareja, Innocence, estaría explotando de manera desmesurada la imagen del barítono una vez fallecido: “Jamás pensé que esta mujer intentara arruinar a mi madre como lo está haciendo”, confiesa Rosa, su hermana, a través del medio citado, haciendo referencia a la polémica apertura del testamento. Y es que, al parecer, Carlos en vida habría optado por dejar como heredera prácticamente total a su madre, aunque legando un piso de casi un millón de euros a la que fuera su pareja. Una propiedad que, a día de hoy, cuenta con una hipoteca de más de 300.000 euros que Geraldine quiere que la familia de su ex salde: “Como en el documento no se especifica, la beneficiaria quiere que la casa se le entregue libre de cargas, que sea la madre de él quien pague los atrasos y el monto total”, confirma el abogado de la familia. Algo imposible para la progenitora del intérprete de Regresa a mí, que no goza de una situación económica tan favorable como para hacerse cargo de semejante cantidad monetaria: “Ella llama continuamente a mi madre por teléfono y le ha provocado ya varias crisis de ansiedad, no es justo. Tal es el volumen de llamadas que yo solicité una orden de alejamiento que no se concedió porque la tenía que pedir mi madre. Después de todo lo que ha hecho mi madre por ella…”, se lamenta la protagonista de la entrevista.
Por si fuera poco, ABC también ha podido saber que la más conocida como Innocence está dispuesta a demostrar ser la directora creativa, dueña de los derechos de su ex, y por tanto, con pleno derecho a la hora de usar su imagen: “Los derechos corresponden a su madre, que es la heredera. El único director creativo o artístico era Carlos, y eso es incuestionable”, zanja Rosa de manera rotunda.
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