En los dos últimos años, Policía Nacional y Guardia Civil han incrementado sus plantillas en 3.800 agentes rompiendo la tendencia a la baja. El Gobierno detalla en una respuesta parlamentaria al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu que a finales de 2019 había 68.013 policías y 78.469 guardias civiles. En total, 146.482 agentes frente a los 142.691 de 2017. A pesar de ello, el Ministerio del Interior aún está a 17.000 agentes de cubrir el 100% de la plantilla de ambos cuerpos, fijada en 163.500 efectivos.
Un portavoz del departamento de Fernando Grande-Marlaska recalca que la política de incrementar las plantillas se mantendrá en los próximos años y recuerda que en la última oferta de empleo público incluía 2.606 plazas para la Policía Nacional y 2.275 para la Guardia Civil. “En la etapa del PP se perdieron 12.000 efectivos, y ahora costará varios años en recuperarlos”, añade. El propio ejecutivo de Mariano Rajoy admitió en una pregunta parlamentaria en febrero de 2018 que el déficit de agentes respecto al catálogo de puestos de trabajo en ambos cuerpos policiales era de 20.800, lo que representaba un 13% del total. En algunas provincias, como Girona y Lleida, este porcentaje se elevaba entonces al 30%. Ahora, la situación ha mejorado en todas las regiones. Así, en Cataluña —donde los Mossos d’Esquadra son policía integral— hay desplegados 3.452 policías y 3.508 guardias civiles. En total, 6.960 agentes. En diciembre de 2017 eran 6.049, casi un millar menos.
En los últimos 15 años, el momento en el que la Policía Nacional tuvo una plantilla más alta fue en 2011, con 72.457 agentes. Un año antes, la Guardia Civil había alcanzado el techo de 83.644 efectivos. En aquellos dos años, ambos cuerpos sumaban en torno a 155.000 agentes, una cifra que Interior espera alcanzar en los próximos ejercicios.
El aumento de efectivos ha sido bien recibido por los principales sindicatos de la Policía Nacional y asociaciones de la Guardia Civil, aunque con recelos. Pablo Pérez, portavoz del mayoritario Justicia Policial (Jupol) valora “positivamente” el incremento registrado, aunque insiste en que “aún es necesario que ese número siga aumentando de forma considerable”. También reclama que esta medida se vea “acompañada de los medios necesarios para que estos nuevos policías lo hagan con la garantía y la seguridad necesaria”. Juan Fernández, de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), también habla de incremento “insuficiente”. Fernández, cuya asociación es la más representativa en el instituto armado, apunta a que el crecimiento no es del todo real: “Hoy, los guardias civiles no se acogen a la posibilidad de pasar a la reserva [jubilación anticipada] como lo hacían antes, por lo que la plantilla ha envejecido y nos tememos que esta tendencia continuará”.
Un portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que pide no ser identificado, pone el énfasis en que los índices de criminalidad de España, pese a ser mejores que en los países de nuestro entorno, “han experimentado un repunte en los últimos tiempos” que relaciona con la disminución del número de agentes sufrida durante los años de la crisis. Para este dirigente del SUP “seguridad y austeridad no son compatibles”
Francisco Pajuelo, portavoz de la Asociación Pro Guardia Civil (Aprogc), apuesta porque las ofertas de empleo ordinarias se vean acompañada de una de carácter extraordinario “para que cuantos antes se reponga la plantilla”. “Las necesidades de la Institución han aumentado, por muchos y variados motivos. Desde el aumento de población en la demarcación territorial donde la Guardia Civil ejerce sus funciones a nuevas misiones o especialidades” señala. “Para nosotros el objetivo es llenar los cuarteles, no cerrarlos”, recalca en referencia a la clausura de dependencias del instituto armado de los últimos años.
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