La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pidió hoy 36 millones de dólares de ayuda para salvar urgentemente los medios de vida rurales, evitar desplazamientos masivos y un deterioro de la grave crisis humanitaria en Afganistán durante la próxima cosecha del trigo.
“Para los afganos, más del 80% de los alimentos básicos provienen del trigo“, recalcó el director general de la FAO, Qu Dongyu, que advirtió que la temporada de este cereal en Afganistán, en plena crisis tras la llegada de los talibanes al poder, está a punto de empezar por lo que el apoyo tiene que ser “urgente y rápido”.
“La oportunidad de asistir a los agricultores afganos antes del invierno es muy limitada. Es fundamental que la asistencia se incremente y acelere de inmediato. Sin una ayuda urgente y rápida, los agricultores perderán esta temporada de siembra crucial, que acaba de empezar”, alertó en un comunicado.
La FAO, con sede en Roma, recordó que cerca del 70% de los afganos viven en áreas rurales y que estas ayudas permitirían asistir a los hogares de 3.5 millones de afganos en situación de vulnerabilidad antes del final de año.
Qu Dongyu informó de que uno de cada tres afganos vive una situación de inseguridad alimentaria aguda, unos 14 millones de personas, un problema agravado este año por una sequía que se suma a la inestabilidad generada por la llegada de los talibanes.
El director de la FAO especificó que se necesitan menos de 150 dólares para un paquete de semillas de trigo de invierno con fertilizante que pueda producir suficiente alimento para cubrir las necesidades de trigo y harina de una familia durante un año.
El organismo de la ONU también está tratando de proporcionar atención veterinaria y apoyo nutricional para mantener vivos y productivos a los animales de granja.
Qu Dongyu señaló que a pesar de la situación crítica, la FAO logró asistir a más de 200 mil personas con medios de vida esenciales en agosto y que desde el inicio de año, ha prestado asistencia a más de 1.9 millones de personas en Afganistán.
EFE
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