EL PAÍS

La Fiscalía reclasifica como homicidio la investigación por la muerte de Octavio Ocaña

La Fiscalía del Estado de México abandona la versión oficial sobre la muerte de Octavio Ocaña. El Ministerio Público ha confirmado a este diario que ha solicitado ante un juez reclasificar el caso como un homicidio doloso. Desde que el actor apareció muerto tras una persecución policial el 29 de octubre de 2021, el organismo se ciñó a un relato que defendía que el joven se suicidó mientras huía de las fuerzas de seguridad. La familia Ocaña negó siempre esa teoría que chocaba con todas las evidencias y argumentó que el intérprete fue asesinado por los dos agentes que le dieron el alto, Leopoldo N. y Gerardo N. Ahora, más de un año y medio después, las autoridades les dan la razón.

“Yo eso lo supe desde un principio: a mi hijo lo mataron, siempre tuve eso en la cabeza”, dijo el padre del actor, Octavio Pérez, en entrevista con a finales de marzo. Pérez aseguró entonces que tras la salida de Alejandro Jaime Gómez Sánchez en febrero de 2022 al frente de la Fiscalía del Estado, la investigación se agilizó. La familia Ocaña criticó fuertemente la gestión de Gómez Sánchez del caso. “Tras su llegada, el fiscal José Luis Cervantes instruyó una revisión de la investigación y con las pruebas recabadas durante el plazo de la investigación complementaria se encontraron elementos para imputar por homicidio doloso”, señala ahora un portavoz del Ministerio Público preguntado por este diario.

“Hace aproximadamente un mes tuvimos una reunión con el fiscal general del Estado de México y acordamos que teníamos elementos de prueba suficientes para acreditar el homicidio doloso, además del abuso policial, que también es doloso”, confirma Francisco Javier Hernández, uno de los abogados de la familia Ocaña. “A finales de este mes tendremos la audiencia de la etapa intermedia, pero la acusación que presentó la Fiscalía al término del plazo de la investigación complementaria ya fue por homicidio doloso”, reitera el letrado.

Los abogados tuvieron un encuentro con representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el que “encontraron elementos que acreditan las violaciones graves a los derechos humanos de Octavio y de sus acompañantes por parte de los policías de tránsito, pero también por parte de la Fiscalía”, añade Hernández. Un peritaje independiente, al que tuvo acceso este periódico, esclareció a finales de marzo que el actor fue asesinado por un tiro en la sien realizado a poco más de un metro de distancia. La bala procedía del arma de uno de los agentes. Ambas revelaciones echaron por tierra la hipótesis inicial del Ministerio Público, que afirmaba que el intérprete se disparó en la cabeza durante la huida. El análisis también confirmó que Ocaña no accionó ningún arma esa noche, ya que no encontraron rastros de pólvora en su cuerpo. La escena del crimen, además, fue manipulada.

La versión oficial de la Fiscalía sostenía que durante la persecución, de la que todavía se desconocen las causas, Ocaña perdió el control del vehículo en el que viajaba con dos amigos, se disparó accidentalmente en la cabeza y se estrelló. En su lugar, el peritaje apuntó a una sucesión de los hechos distinta: la patrulla del Estado de México impactó “en la zona posterior” del automóvil de Ocaña, provocando que el coche chocara contra un “montículo de tierra” en la carretera Lechería-Chamapa. Ocaña y sus dos acompañantes fueron “sometidos y obligados a descender”. El actor se tumbó boca abajo, con la cabeza ladeada hacia la derecha sobre el asfalto del municipio de Atizapán de Zaragoza. Entonces, “una persona que se encontraba bipedestada a su izquierda a una distancia mayor a un metro realiza un disparo hacia la región craneal” del intérprete.

Los agentes colocaron el cuerpo “aún con vida” de Ocaña en el asiento del conductor. A partir de aquí, todo México vio como ocurrieron los hechos: está grabado en varios videos que corrieron por las redes sociales entre la indignación y la conmoción de un país que veía agonizar al querido intérprete de la popular serie Vecinos, mientras los policías se movían alrededor sin levantar un dedo para socorrerlo. En su lugar, hablaban entre ellos y sacaban fotos al moribundo.

La investigación ahora persigue a los dos agentes, presuntos asesinos del actor. Leopoldo fue arrestado, pero Gerardo continúa prófugo y sobre él pesa una orden de detención internacional de la Interpol. “La cosa es agarrar a los culpables y decir por qué y cómo y quién de los dos tipos fue el que lo mató”, instó Octavio Pérez en la entrevista con este diario.

Suscríbase aquí a la newsletter y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país


Source link