la forma mas sutil de manipulación que funciona de verdad

Seguro que conoces Ikea, la famosa empresa sueca que vende muebles y objetos de decoración que los clientes deben montar por sí mismos. Lo que quizás no sepas es que esta estrategia de marketing tiene un nombre: el ‘efecto Ikea’, un fenómeno psicológico que es además la forma mas sutil de manipulación y que por lo visto funciona de verdad.

El ‘efecto Ikea’: la forma mas sutil de manipulación

El ‘efecto Ikea’ es como hemos mencionado, un fenómeno psicológico que hace que las personas valoren más aquello que han construido o elaborado con sus propias manos, aunque les haya costado más tiempo, esfuerzo y dinero.

Este efecto se basa en la necesidad humana de sentirse competentes y capaces de realizar tareas complejas. Cuando logramos montar un mueble, hacer un pastel o pintar un cuadro, experimentamos una sensación de satisfacción y orgullo que nos hace apreciar más el resultado final. Además, al haber invertido recursos personales en el proceso, sentimos que el producto nos pertenece más y le damos más valor.

Pero el ‘efecto Ikea’ no solo se aplica a los objetos materiales. También puede influir en nuestras relaciones personales, especialmente en la elección de pareja. Según algunos estudios, las personas tendemos a sentirnos más atraídas por aquellas que nos suponen un reto o una dificultad, que por las que nos muestran una disponibilidad o una simpatía inmediata.

Esto se debe a que, al igual que con los muebles, nos gusta sentir que hemos trabajado para conseguir algo y que hemos superado obstáculos. Así, le damos más valor a la relación y nos sentimos más comprometidos con ella. Además, al percibir a la otra persona como más deseable y menos accesible, aumentamos nuestra autoestima y nuestra confianza al lograr conquistarla.

Riesgos del ‘efecto Ikea’

Sin embargo, el ‘efecto Ikea’ también puede tener sus riesgos y desventajas. Por un lado, puede hacernos caer en una trampa psicológica que nos impida ver la realidad de forma objetiva. Es posible que nos engañemos a nosotros mismos pensando que algo o alguien nos gusta más de lo que realmente nos gusta, solo porque nos ha costado conseguirlo. O que nos aferremos a una relación insatisfactoria o tóxica, solo porque hemos invertido mucho tiempo y esfuerzo en ella.

El arte de la manipulación en el efecto ‘Ikea’

Por otro lado, puede hacernos perder oportunidades valiosas por estar demasiado enfocados en lo difícil o lo inalcanzable o que acabemos con alguien que en realidad utiliza este efecto para manipularnos y conseguir que sigamos a su lado.

Esto lo han explicado muy bien en TikTok, donde un psicólogo pone como ejemplo una chica y la citas de esta con dos chicos: uno rico y uno pobre. Al final, ella se queda con el chico pobre porque es un reto y porque además en su cita no paran de sucederle cosas, mientras que con el rico no participa en nada. De alguna manera, el chico pobre han utilizado sin saberlo, ese ‘efecto Ikea’ para que al final la chica se decante por él.

@psicologia.practicaManipulación Psicológica – Efecto IKEA♬ original sound – Psicología Práctica

Todo un riesgo porque aplicado a la vida real, puede hacer que nos obsesionemos con alguien que no nos corresponde o que nos trata mal, solo porque nos supone un desafío o una ilusión.

Por lo tanto, es importante ser conscientes del efecto IKEA y cómo puede afectar a nuestras decisiones y emociones. No se trata de renunciar a nuestros sueños o aspiraciones, ni de conformarnos con lo primero que nos llega. Se trata de encontrar un equilibrio entre lo que queremos y lo que podemos conseguir, sin dejarnos llevar por falsas expectativas o ilusiones. Y sobre todo, se trata de valorarnos a nosotros mismos y a los demás por lo que somos y no por lo que hacemos.

Cómo surgió 

Los orígenes del fenómeno IKEA fueron presentados por Michael Norton, Daniel Mochon y Dan Ariely,  a partir del artículo de 2012,  «El efecto IKEA: cuando el esfuerzo conduce al afecto», en el que hacen mención a un ejemplo del efecto IKEA  que tiene que ver con las mezclas instantáneas para pasteles.

En los años 1950, cuando estas mezclas fueron introducidas originalmente, no obtuvieron éxito ya que las amas de casa percibían que hacían la cocina demasiado simple, lo que disminuía el valor de hornear y reducía la satisfacción del proceso. Posteriormente, los fabricantes ajustaron la fórmula, exigiendo la adición de un huevo a las mezclas, lo que resultó en un aumento de su popularidad.

Este mecanismo opera de tal manera que te hace sentir que tu esfuerzo vale la pena, aunque en realidad está ejerciendo una influencia manipuladora.

Ahora que estás familiarizado con el concepto del ‘efecto Ikea’ y eres más consciente de su existencia, podrás discernir cuándo es prudente evitar caer en él. A pesar de que el esfuerzo puede resultar gratificante cuando se traduce en resultados, es esencial no dejarse manipular ni sentirte «incompetente» por optar por no enfrentar dificultades, especialmente si esto podría perjudicarte tanto a nivel personal como económico.

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