Toda fusión implica romper los acuerdos que establecen los bancos con inmobiliarias, gestoras de patrimonios o compañías de seguros. En el sector han sido muy frecuentes estos pactos porque son una manera de lograr ingresos a corto plazo (para compensar la caída de tipos de interés), aunque a largo se pierden las comisiones que se generan.
En el caso de la posible fusión BBVA-Sabadell podría haber mucho dinero implicado en estos acuerdos. Según un informe de Barclays, romper el acuerdo del Sabadell con la gestora de patrimonios Amundi (que solo lleva unos meses funcionando) y con la aseguradora Allianz supondría el pago de 740 millones. El importe de la operación asciendió a 430 millones de euros. El Sabadell se aseguró una ganancia que podrá alcanzar los 30 millones de euros, en función de cómo evolucionara el negocio, según informó en enero pasado. La operación ofreció al Sabadell una plusvalía de 351 millones de euros neta de impuestos, según comunicó a la CNMV, con lo que la entidad presidida por Josep Oliu reforzó su posición de capital en 43 puntos básicos (ratio Common Equity Tier 1 fully loaded).
El BBVA corre el riesgo de asumir un coste de unos 1.700 millones si decide romper el contrato de arrendamiento de cerca de 700 oficinas con Merlin Properties, ya que la eventual fusión con Banco Sabadell conllevaría el cierre de 1.232 sucursales del grupo combinado, según Barclays. Actualmente paga a la socimi unos 79 millones anuales por el alquiler de casi 700 oficinas, con un acuerdo de arrendamiento que vence en 2040.
La única forma que tendría BBVA de cerrar las sucursales sería recomprándoselas a Merlin Properties, ya que así lo recoge el acuerdo. Este análisis dice que se despediría a cinco empleados por oficina cerrada, lo que llevaría a la salida de 6.160 trabajadores, el 13% del total.
La agencia de calificación Moody’s calcula que la fusión llevaría a tener una cuota de mercado del 22% en recursos del sistema, frente al 15% del BBVA y poco por debajo del CaixaBank-Bankia, con el 23%.
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