Reza el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que el pundonor es el “sentimiento de dignidad personal que exige a uno mismo atención y dedicación continua en una labor o profesión”. Una cualidad de la que fueron testigos los espectadores de la plaza de toros de Las Ventas en primera línea el pasado 15 de mayo, en los festejos de San Isidro.
El torero Ginés Marín ofreció toda una lección de compromiso profesional después de que sufrir una cornada. El pitón derecho del tercer astado de la tarde atravesó el muslo del maestro que, en lugar de retirarse o tomarse un descanso, tomó la muleta y remató la faena, como si no hubiera pasado nada. A pesar del dolor y de que la sangre fluía por la herida, Marín no lo dudó ni un momento, incluso, esperó tranquilo en el burladero el veredicto de los espectadores, cuyos rostros reflejaban el asombro ante su capacidad para estar sereno, casi impávido. No fue hasta que saludó al público cuando se dispuso a ir hasta la enfermería, sin prisas, pese a que llevaba el muslo abierto. Allí esperaba nervioso e intranquilo su padre, picador de su cuadrilla.
La cogida sobrecogió al público. El toro arremetió contra la pierna del torero, le clavó el pitón y lo levantó por los aires. Sin embargo, Ginés Marín dio una lección de contención y de entereza, con conciencia absoluta de su obligación de matar al astado y terminar la faena.
Según ha trascendido, ya en la enfermería lo intervinieron con anestesia general, porque la herida era complicada -una cornada de dos trayectorias de 20 y 25 centímetros en la cara lateral del muslo-, a pesar de lo que el diestro quiso transmitir con su actitud de absoluta tranquilidad.
En proceso de recuperación
Tras pasar unos días ingresado, Ginés Marín ha recibido ya el alta hospitalaria y va recuperándose poco a poco: “Me han dado el alta y me encuentro bastante bien. No he tenido fiebre estos días, me han retirado los drenajes y la evolución, aunque han pasado pocos días, va por buen camino”, ha dicho el diestro ante las cámaras de la Agencia Gtres.
El torero ha reconocido que todavía tiene un largo camino por delante, pero espera retomar pronto su profesión: “Aún queda un proceso de rehabilitación para volver a estar al 100%, aunque espero que sea pronto”, ha confirmado. Se ha dicho que, a pesar de que la herida fue considerable, el cuerpo del diestro ha reaccionado con una gran fortaleza, la misma que demostró al ponerse en pie tras la cogida y terminar la faena.
Sobre su demostración de pundonor en Las Ventas, Ginés Marín también se ha pronunciado: “Sí, bueno, en este tipo de plazas como Madrid, pues lógicamente uno viene con toda la responsabilidad y todo el compromiso y aunque no es fácil y supone un gran esfuerzo, me encontraba con moral y con fuerza para hacerlo y me siento orgulloso de haber podido aguantar y acabar la faena”.
Es esto precisamente lo primero que se le vino a cabeza tras la cogida: “el compromiso y la responsabilidad de, a pesar de ir herido, pues aguantar y seguir adelante. Es lo más difícil, pero tiene uno que tirar de fortaleza y de cabeza fría”, ha dicho. En cuanto a su padre, sostiene que en el primer momento no le dijo nada: “Creo que en ese momento no me dijo nada, pero bueno, fue un momento emotivo, estar así con la pierna y venir a darme un beso fue tranquilizador para los dos. Hubo pocas palabras, pero creo que se entendió todo”, ha recalcado.
El diestro tiene claro que quiere retomar sus compromisos cuanto antes y volver a ponerse ante el toro, aunque es consciente de que tiene por delante que debe centrarse en su recuperación.