La familia y amigos de Gregorio Ordoñez han rendido homenaje este sábado en el cementerio de Polloe al político que “luchó para que el pueblo vasco no cayera bajo el yugo de ETA”. Su mujer, Ana Iribar y su hermana, Consuelo Ordoñez, acompañadas de la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejería, el alcalde de San Sebastián, Eneko Goya y el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, entre otros concejales nacionalistas y socialistas, han reivindicado la figura del que entonces era concejal del PP el día en que se cumplen 26 años desde que un comando de ETA le asesinara de un tiro en la nuca en San Sebastián, mientras comía en el bar La Cepa.
Aunque satisfecha porque ETA dejara de matar, la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Consuelo Ordoñez se ha mostrado muy crítica con lo que denomina una paz negociada. Tras la ofrenda floral junto a su panteón, ha criticado que fruto de ese “final de ETA negociado” hay crímenes que han quedado impunes y muchos terroristas con crímenes que van a quedar impunes. “No vamos a ver su detención”, ha asegurado. “No es un éxito que quienes planificaban los atentados desde HB y ahora en Bildu, sigan llamando a los presos de ETA, presos políticos”, ha añadido.
Pero es que además ha criticado que el poder del que hoy disfruta la izquierda abertzale es la consecuencia de ese pacto, “en el que el poder político ha cedido a las exigencias de ETA para que dejase de matar: la legalización de sus brazos políticos, la impunidad para muchos de sus asesinos y la escenificación de su ansiado final sin vencedores ni vencidos”.
En su opinión quienes han “pagado ese precio por la paz” han sido las víctimas del terrorismo “con la impunidad de los asesinos”. “Mientras el poder político se empeña en vender la gran mentira sobre ETA, que es el mantra de que ETA ha sido derrotada con el Estado de derecho”, Ordóñez ha asegurado que seguirá denunciando que lo que se está viviendo “es un final de ETA negociado”.
Si el 25 aniversario contó con la presencia del líder nacional del PP, Pablo Casado, esta vez el acto ha reunido a los partidos vascos y no se han producido críticas al acercamiento de los presos de ETA, sobre todo después de que la propia Ordoñez criticara a Casado a finales del pasado año por cuestionar una política que también aplicó el expresidente del PP, José María Aznar. “Al menos ahora nos avisan”, cuestionó Ordoñez tras pedir al PP de manera explícita que no utilizara a las víctimas para sus fines políticos.
En el Parlamento vasco también han cambiado algo las cosas. Aunque no hubo presencia de la izquierda abertzale en el acto privado, y siguen sin condenar los crímenes de la banda, en la Cámara de Vitoria sí guardan un minuto de silencio durante los homenajes anuales a los cuatro parlamentarios asesinados por grupos terroristas como los socialistas Enrique Casas, asesinado el 23 de febrero de 1984 por los Comandos Autónomos Anticapitalistas y Fernando Buesa, que murió cuando ETA hizo explotar una furgoneta bomba el 22 febrero del año 2000. Pero también en las fechas más próximas al asesinato del dirigente de Herri Batasuna Santiago Brouard, asesinado el 20 noviembre de 1984 por los GAL, y en las del parlamentario del PP Gregorio Ordóñez.
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