Kamala Harris se presentó el miércoles ante el mundo de la mano de su esposo, Douglas Emhoff, convertido en el primer “segundo caballero” de la historia de Estados Unidos, y con los dos hijos de este. Una familia que la ahora vicepresidenta formó pasados los cuarenta años. Ella era una profesional dedicada a su trabajo en un importante cargo en la Administración. Él, de la misma edad que ella, un exitoso abogado de la costa oeste de Estados Unidos, divorciado y con dos hijos. Una amiga íntima de Harris actuó de celestina. “He conocido a un hombre que creo que va a gustarte”, le anunció a la que entonces era fiscal general de California. Dos días después Emhoff enviaba un mensaje de texto a Harris. Lo hizo desde un partido de baloncesto donde jugaba el equipo de la ciudad. La entonces senadora y ahora vicepresidenta respondió al mensaje con un simple “¡Vamos, Lakers!” a pesar de que ella es seguidora de los Warriors de San Francisco. Acabaron hablando por teléfono y fijaron una cita para ese fin de semana.
Consciente de la mujer con la que estaba saliendo, lo primero que hizo Emhoff después de esa primera cita fue enviarle un correo electrónico con su horario: especificaba sus días libres para el resto del año, según reveló la propia Harris en una entrevista. “Me gustas de verdad y me gustaría intentarlo”, le propuso. Menos de un año después, en 2014, Harris y Emhoff se casaban en una ceremonia civil íntima en los juzgados de Santa Bárbara, California.
“Debido a mi cargo era consciente de que si llevaba conmigo a un hombre a un evento, inmediatamente la gente comenzaría a especular sobre si manteníamos o no una relación”, explica Harris en su libro The Truths We Hold. “También era consciente de que a las mujeres solteras en política se las mide con un rasero diferente que a los hombres solteros”, prosigue Harris, para llegar a la conclusión de que nunca daría el paso de llevar a un hombre del brazo en público hasta saber que era “the one” [el hombre].
Sus declaraciones públicas son las de una pareja enamorada. “Kamala trabaja durísimo, es incansable… Es increíble la cantidad de cosas que puede hacer en un día. Nuestra relación está basada en la paridad y el respeto mutuo. Yo siempre apoyo absolutamente a las personas que quiero y ellas me apoyan a mí”, ha declarado él. Ella le corresponde: “Amo a mi marido. Es divertido. Es bueno. Es paciente. Le gusta cómo cocino. Es un gran hombre”.
Según fuentes citadas por la agencia AP, el segundo caballero de EE UU —así lo llama el propio presidente Biden— trabajó en el equipo de transición presidencial para establecer su papel en la nueva Administración. Es un experto en propiedad intelectual. Emhoff ya tiene una nueva cuenta de Twitter en la que se presenta como segundo caballero y ha renunciado a su empleo de la firma de abogados de la que es socio, DLA Piper. Una decisión que llega no solo por amor. El trabajo de Emhoff podría producir con conflicto de intereses con el puesto de vicepresidenta, dada la relevancia de sus clientes.
Durante la campaña, Douglas Emhoff no dudó en intervenir en todos los mítines que le han correspondido, muchas veces acompañando a la esposa del ya presidente, Jill Biden. “Muy pocas personas saben lo que conlleva ser la pareja de un candidato”, declaró Jill Biden. “No es un papel que elijas, pero es un honor increíble y una poderosa plataforma que ni Doug ni yo vamos a infrautilizar. Estoy deseando ver las cosas increíbles que va a hacer como segundo caballero”.
Emhoff aportó dos hijos a su nuevo casamiento: Cole y Ella, llamados así en honor de dos grandes músicos de jazz, John Coltrane y Ella Fitzgerald. Y con ellos, Harris, adquirió un nuevo título hasta entonces desconocido: madrastra de los menores, hoy ya veinteañeros. Cole y Ella inventaron un nombre para referirse a ella que suma la palabra “mother” [madre] con Kamala: Momala.
Durante un acto de campaña junto a Joe Biden en Wilmington (Delaware), Harris habló con mucho cariño de los hijos de su marido y se refirió al mote que le han otorgado: “Durante mi carrera he tenido muchos títulos y sin lugar a dudas el de vicepresidenta sería genial”, declaró la senadora. “Pero Momala será siempre el que más importe”.
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