Si hay algo que desde siempre ha fascinado a los seres humanos, es la posibilidad de establecer algún mínimo contacto con formas de vida más allá del planeta Tierra, idea a la que han contribuido ciertos fenómenos difíciles de explicar, como por ejemplo el de la emisora rusa que lleva décadas emitiendo extraños mensajes, los que aún intentan ser codificados por los expertos espaciales.
Para quien no conozca nada sobre el caso, nos estamos refiriendo a la señal de radio “The Buzzer”, como se la denomina, que lleva emitiendo estas curiosas señales durante las 24 horas del día desde finales de los años 70 y principios de los 80, una situación que ha dejado perplejos a los especialistas, pero que bien podría tener alguna que otra explicación probable.
La teoría detrás de la emisora rusa
Ciertos profesionales creen, por ejemplo, que se trataría de una señal que emite en Onda Corta, una señal de las que se conocen como MDZhB o UVB-76, en la frecuencia 4625 kHz, y que son emisiones cuya propagación alcanza los miles de kilómetros una vez que se producen.
Estas bocinas intermitentes, como se describen los sonidos que emite la emisora, serían lo que se conoce como Channel Marker, es decir, un aviso a los radioescuchas para que sepan que están ante un canal ocupado, que ha estado allí para emergencias o circunstancias críticas, y que no deberían usarlo a menos que se encuentren en un contexto que requiera de su intervención. Alternativamente, no se descarta que sólo emita para advertir de su presencia.
De hecho, los sistemas de geolocalización han determinado, a través de un sistema de triangulación de señales, que la emisora bien podría estar en un punto intermedio entre las ciudades rusas de Moscú y San Petersburgo, y que los emisores no sería uno sino varios.
¿Para qué sirven estas emisiones?
Han sido establecidas en caso de que fallasen todas las redes informáticas modernas, algo que hasta el momento no ha pasado, pero que tenía todo el sentido del mundo cuando la URSS lanzaba sus satélites al espacio, en medio de la Guerra Fría que mantenía con los Estados Unidos, y que se había trasladado al campo espacial.
Lo más normal es que estemos frente a una red aún perteneciente a la Federación Rusa, olvidada por quienes la lanzaron en su momento, y que tenga un carácter militar, reservada únicamente a combates, maniobras o entrenamientos de las tropas que se realizaban en esa zona.
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