Un cuadro de 1860 destapa todas las teorías conspiratorias de viajeros en el tiempo o extraterrestres, al aparecer una mujer sujetando un móvil. La historia del arte tiene algunas imágenes que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Pequeños detalles que vistos desde el tiempo actual parecen parte de un episodio de una película en el que aparece un viajero estelar. Esta inquietante historia parece que después de años generando teorías conspiratorias, por fin tiene una explicación racional. Según los expertos, esto es lo que pasó en este cuadro.
Esta es la inquietante historia del cuadro de 1860 con una mujer sujetando un móvil
#WyrdWednesday
Prayer book or iPhone? It’s been said the painting ‘The Expected One’ (1860) by Austrian artist,
Ferdinand Georg Waldmüller, is of a woman holding an iPhone & displaying ‘nomophobiac’ tendencies, which would suggest #TimeTravel Art experts say it’s a prayer book. pic.twitter.com/z3NX80FspE— Suzie Selenophile (@TheCemetress) April 27, 2022
‘La Esperada’ es el nombre del cuadro que fue pintado en 1860 y aunque parezca imposible aparece una mujer sujetando lo que parece un teléfono móvil. El autor de la obra es Ferdinand Georg Waldmüller de origen austriaco y según las redes sociales, un visionario a la altura de Nostradamus o un viajero en el tiempo.
Se adelantó a todos los de su tiempo y fue capaz de dar unos detalles que nadie más habría visto hasta la fecha. O quizás simplemente es una coincidencia viendo que esta mujer simplemente sujeta algo entre las manos, aunque quizás somos nosotros quienes viendo el presente con las redes sociales y los teléfonos móviles le damos ese simbolismo.
La explicación que ha dado la historia del arte es menos conspiratoria de lo que dicen las redes sociales. La sencillez de esta explicación es lo que frena de inmediato todas las teorías que salen a la luz en referencia a esta conspiración o idea de que hay viajeros en el tiempo o extraterrestres que se adelantaron a su tiempo.
Según explican: “La chica del cuadro de Waldmüller no está jugando con su iPhone X, sino que ha salido de misa y sostiene en sus manos un libro de rezos”. Es nuestra mirada actual la que la da a ese libro un significado o una misión radicalmente distinta a la original de 1860, por lo que debemos rectificar y situarlo en el contexto actual.
El teléfono que vemos no es más que un espejismo, de lo que sucede en la actualidad que nadie sale a la calle sin el móvil en las manos. Una actitud que no debería ser así, sino más bien todo lo contrario, vivir en libertad sin estar tan pendiente de las redes sociales.