Los holandeses han celebrado este martes el 75º aniversario del fin de la ocupación un día después de que el rey Guillermo recordara a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y reconociera que algunas “se sintieron abandonadas” por su bisabuela, la reina Guillermina.
Las celebraciones del Día de la Liberación se realizaron en Internet o fueron canceladas por las restricciones impuestas debido a la pandemia. La víspera, en una plaza Dam desierta, en el centro de Ámsterdam, y junto a las coronas de flores en homenaje a los caídos, el rey Guillermo hizo una reflexión inusitada. Posiblemente fuera el discurso más importante de su reinado hasta la fecha, porque en el 75º aniversario de la contienda, arrojó una mirada dolida y crítica sobre su bisabuela, la reina Guillermina, que pasó toda la guerra en el exilio, en el Reino Unido. Guillermo ha recordado que los judíos neerlandeses fueron anulados como ciudadanos y luego deportados por el invasor nazi ante los ojos de todos, para añadir lo siguiente: “Se sintieron abandonados, poco escuchados y sin apoyo suficiente, aunque solo hubieran sido unas palabras, incluso desde Londres, por mi bisabuela, que se mantuvo firme y sólida en su resistencia. Es algo que no me abandona”. Es la primera vez que un jefe de Estado holandés habla en esta ceremonia, celebrada desde 1945, apenas cuatro días después de la liberación del país por los aliados.
Según los historiadores, la reina Guillermina solo mencionó en tres ocasiones la persecución de sus compatriotas judíos a lo largo de 31 discursos transmitidos desde Londres por Radio Orange, un programa radiofónico del servicio europeo de la BBC, pero controlado por el Gobierno holandés en el exilio. Aunque hubo resistencia en los Países Bajos contra el ocupante y muchos de los resistentes pagaron con su vida por ello, el hecho de que la soberana se centrara en la liberación, y pareciera relegar la suerte corrida por la comunidad judía, le da un valor añadido a las palabras de su actual sucesor.
Los mitos de la posguerra se crearon alrededor de instituciones como la monarquía y la propia Radio Orange, y cuando las cifras de judíos aniquilados estuvieron claras: de 141.000 personas sobrevivieron 5.000, indica el archivo del campo de tránsito de Westerbork (al este del país), ya era demasiado tarde.
El discurso de Guillermo de este lunes fue televisado por la cadena pública, y tanto el Centro nacional para los Derechos Humanos, como la Plataforma Central Judía, que representa los intereses de la comunidad, y partidos como Unión Cristiana (CU), socio de la coalición de centroderecha en el poder, coincidieron en la valentía del rey “al reconocer el silencio de la que fue nuestra reina sobre la persecución de los judíos”.
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