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El informe del Ministerio de Sanidad de este martes sobre el coronavirus marca tendencias a la baja de los principales indicadores, pero muy débiles. El caso claro, que además es el parámetro que marca el debate, es el de la tasa de incidencia a 14 días por 100.000 habitantes. Este martes el descenso ha sido mínimo, 1,17, hasta situarse en 127,8. La curva que refleja este indicador es ya prácticamente plana. Además, si se toman los datos por comunidades se observa que hay ya una mayoría de ellas en las que la tasa ha subido desde el día anterior: Andalucía, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra y el País Vasco, además de Melilla.
Ante esta situación la pregunta que inquieta a los especialistas es si estamos abocados a una cuarta ola o si hay margen para frenarla. En una pandemia con tantos factores científicos (variantes, vacunas), políticos (toques de queda, cierres de territorios, control de aforos) y personales (uso de mascarillas, distancias, limitación de reuniones) hay variedad de opiniones, aunque la mayoría la ve, con mayor o menor intensidad, como muy probable.
Rosario López, directora de Investigación de la Fundación para la Investigación en Salud (Fuinsa), afirma que es normal que cuando una curva llega a niveles bajos descienda más lentamente, y dice que “manteniendo las medidas debería seguir su curso de caída”. Pero insiste en que hay incertidumbre: es difícil hacer predicciones con unos valores que dependen de tantos factores. El primero, insiste, es que no se levanten las restricciones. El segundo, que en los modelos que hay no se incluye el impacto de las vacunas, que ella prevé decisivo.
Esta especialista intenta mantener el optimismo, pero Joan Caylà, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, cree que “todo apunta con una probabilidad bastante alta a que va a subir [la incidencia del virus]”. El médico señala que de los cinco grandes países de Europa, según los datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), eso ya sucede claramente en Italia y Francia, “y este último país está a nuestro lado”. En Alemania hay ya un repunte y solo Reino Unido y España mantienen el descenso. “En Italia están ahora cerrando, y aquí estamos al revés”.
Este mínimo deslizamiento a la baja de la incidencia sería lo esperado cuando ya el valor se acercara a 0, dice Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene. Pero el caso es que está ocurriendo por encima de 120. “Hay un mar de fondo”, afirma, que con las medidas tomadas no se consigue eliminar. Ortí cree que por ese motivo habrá una cuarta ola, que será más pronunciada cuanto antes ocurra. Sin embargo, advierte de que será inferior a la última y que eso no será un comportamiento general. Cree que autonomía como la Comunidad Valenciana, donde él vive, que ya está por debajo de 50, lo notará mucho menos que una como Madrid, que sigue por encima de 200.
A falta de lo que depare el futuro inmediato, Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), mantiene el optimismo. Franco insiste en el hecho de que los datos continúan bajando:. “El problema es la disponibilidad de las vacunas. Es una pena”. El pronóstico más claro, siempre con el matiz de que lo elabora con la premisa de que las circunstancias actuales no cambien, lo da la inteligencia artificial: el programa Precov2 desarrollado por la Universidad de Educación a Distancia (Uned) calcula que a partir de la semana que viene la incidencia empezará a subir. En una reunión telemática organizada por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) este martes, el médico especialista en enfermedades infecciosas Santiago Moreno ha afirmado que “si no aplicamos lo que hemos aprendido, la cuarta ola será inevitable”.
Esta falta de claridad se avala también si se toma el número de casos notificados, que este martes ha sido de 4.962, la segunda cifra más baja en un día desde el verano pasado. Con ello hay ya en el informe 3.200.024 de diagnósticos, con lo que se vuelve a superar el límite de los 3,2 millones que ya se rebasó el 1 de marzo, aunque esa cifra luego se corrigió al detectarse errores en la información de Cataluña. La lectura menos positiva es que si se toma el acumulado en siete días, que refleja mejor lo sucedido, esta cifra (35.041) es mayor que la de este lunes (34.092) y oscila alrededor de los 35.000 desde la semana pasada.
En cambio, el número de defunciones comunicadas, como refleja la evolución de la pandemia hace casi un mes, mantiene el descenso. Este martes las comunidades han notificado 141, la menor cifra desde el 15 de octubre de 2020. En el acumulado semanal la bajada es llamativa: está en 838, la mitad que siete días antes. En total, desde que empezó la pandemia, Sanidad ha reportado 72.565 fallecidos por covid-19.
La ocupación de camas hospitalarias por personas con covid ha pasado del 7,54% de hace una semana al 6,67%. La de las UCI ya está cerca de bajar del 20%. En siete días ha pasado del 23,24% al 20,24% de este martes.
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