Mientras la pandemia del coronavirus nos ha cambiado la vida y la forma de vivir a todos, el día a día de David Glasheen permanece inalterable. El hombre, que ahora tiene 76 años, vive desde hace 20 años en una isla desierta situada frente a la costa norte de Australia.
David Glasheen era un corredor de bolsa millonario que perdió toda su fortuna en el Martes Negro de 1978. Una entidad financiera embargó todos sus bienes y cayó en la ruina.
Unos años más tarde, a principios de los 90, visitó la Isla de la Restauración y, tal y como él mismo explica, fue un flechazo a primera vista. Decidió mudarse con la que era por aquel entonces su pareja a la isla. Sólo se lleva una maleta con varias prendas de ropa, un par de libros, una linterna y un cepillo de dientes. Sin embargo, cuando la mujer dio a luz consideró que la isla no era el mejor lugar para un bebé, así que se marchó.
David Glasheen explica que quería escapar del «Gran Hermano» y del gran peso de la vida moderna. Ahora disfruta en la isla desierta de una forma aislada. Tiene conexión a Internet gracias a una fuente de energía solar y varios libros.
En cuanto al agua, recoge agua de lluvia para beber. Los alimentos los obtiene del Océano, y también recoge cocos y frutas. Una vez al año va a la ciudad australiana de Cairns para comprar varios productos enlatados y secos.
El australiano explica que no es nada complicado acostumbrarse a este estilo de vida. Y recomienda a quien quiera alejarse de toda la modernidad que empiece yendo sólo a acampar durante unos días para descubrir qué es lo que realmente necesita.
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