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La industria y el comercio rebotan en mayo, aunque siguen aún muy lejos de los niveles precovid

Fábrica de coches.EFE

Finalmente, la economía empieza a dar señales de recuperación. Tras cumplir con los peores pronósticos durante los meses más duros del confinamiento, el esperado efecto rebote ha llegado. Las ventas minoristas crecieron un 17,8% en mayo en toda la eurozona, mientras que la actividad industrial avanzó en España un 14,7% el mismo mes con respecto a abril. Así lo confirman los datos publicados este lunes por Eurostat y el Instituto Nacional de Estadística (INE), que dejan, sin embargo, espacio para otra lectura, más amarga. Pese al generoso repunte, ambos indicadores siguen lejos de los niveles del año pasado.

Todo apunta a que habrá que contener la euforia y esperar aún un tiempo para hablar de brotes verdes. Las ventas del comercio minorista en la eurozona seguían en mayo un 5,1% por debajo de los niveles del mismo mes de 2019. Lo mismo ocurre con la actividad industrial de España que, según el INE, sufrió una caída del 24,5% en términos interanuales en el quinto mes del año.

“Es una recuperación esperable, pero modesta”, valora María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas. Dos adjetivos simples pero acertados: una vez tocado fondo solo se puede subir, aunque el impulso sea insuficiente para recuperar todo el terreno perdido. Más aún ante una crisis que ha convertido las estadísticas en una montaña rusa.

El pasado abril, el mes de confinamiento más duro en España, la actividad industrial sufrió un golpe monumental, con un retroceso interanual del 34,1%, la mayor caída desde que arranca la serie histórica del INE en 1976. En marzo, cuando la economía ya empezaba a experimentar la amarga medicina del cerrojo de la actividad, el hundimiento fue del 14,2% con respecto al mismo mes del año anterior. “De la caída de marzo y abril solo se ha recuperado la tercera parte”, apunta Fernández, “y creo que se va a tardar todavía bastante para volver a los niveles previos”.

La fabricación de vehículos (+362,9%) fue la actividad que más avanzó en mayo sobre abril, y la industria del tabaco (-17,5%) la que más cayó, según el INE. Aún así, en términos interanuales la evolución fue negativa para todos los sectores, con los bienes de consumo duradero (-36,5%) a la cabeza. “La actividad industrial ya sufría un estancamiento, y en sectores como el del automóvil pesa mucho la situación internacional”, dice Fernández. “En España tienen más peso los sectores de menor contenido tecnológico, orientados a la demanda interna, que a corto plazo quizás se recupere antes, pero es difícil decirlo”.

En cuanto al comercio minorista, el textil fue la rama que más avanzó en la eurozona en mayo (147%), aunque en tasa interanual arrastra una caída del 47,5%. En España, las ventas avanzaron un 18% en mayo respecto al mes anterior, según Eurostat. Este guarismo está en línea con la media de la zona euro y con los datos publicados por el INE a finales de junio, que apuntaban a un avance del 19,3% en el quinto mes del año. En términos interanuales, sin embargo, siguen marcados a fuego los efectos de la pandemia.

El indicador en España continúa un 17,9% por debajo de los niveles de 2019, de acuerdo con la oficina estadística europea. En este caso la brecha con los vecinos de la moneda común sí es más amplia, y refleja el duro golpe que sufrió el sector servicios durante el confinamiento. De acuerdo con el Banco de España, los servicios de mercado —comercio, transporte, hostelería— cayeron un 50% tan solo en las primeras dos semanas de confinamiento, dejando patente el ingente peso específico que tiene el turismo en el país.

Mejora en Alemania

Aun así, en distintas latitudes empiezan a acumularse indicadores que dejan margen para esperar que lo peor ya ha pasado. En Alemania, los nuevos pedidos industriales avanzaron un 10,4% entre abril y mayo; el índice PMI elaborado por la consultora IHS Markit, termómetro de la confianza empresarial, arrojó en junio su mejor resultado desde el inicio de la pandemia. También su equivalente alemán, el índice IFO, registró en junio su mejor dato desde febrero. Las ventas minoristas de EE UU, por otra parte, se apuntaron en mayo la mayor alza de la serie estadística, que arranca en 1992, con un rebote del 17,7%. Y las Bolsas europeas ya están celebrando estas señales de recuperación: la semana pasada fue una de las mejores desde el estallido de la emergencia sanitaria, y este lunes volvieron a cerrar con ganancias.

“Prever hasta dónde puede llegar la recuperación es lo más difícil”, señala Fernández. Prefiere hablar de “rebote tras la paralización de la actividad” y no usar palabras mayores ante niveles de incertidumbre que siguen en máximos. “En mayo todavía había restricciones a la movilidad y seguía la disrupción en las cadenas productivas globales; en junio creo que el dato será mejor, y que la tendencia será de recuperación, salvo que haya otro confinamiento”. En este caso, habrá que volver a la casilla de salida.


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