Varios meses después de su separación de Iñaki Urdangarin y, a la espera de que vayan conociéndose detalles en torno al divorcio de la pareja, la Infanta Cristina continúa con su rutina. No se la vio ni en la reciente vuelta de don Juan Carlos a Sangenjo, ni tampoco en la visita del anterior monarca al Palacio de la Zarzuela, donde mantuvo una larga reunión con su hijo y pudo almorzar con diferentes miembros de la familia, como la Reina Letizia y la Infanta Sofía, la Infanta Elena y sus dos hijos, la Infanta Margarita y su marido o la Reina Sofía, que tuvo que mantener cierta distancia y utilizar mascarilla al conocerse que había dado positivo en coronavirus.
Al margen de este encuentro familiar, la exduquesa de Palma está muy volcada en su faceta profesional y en sus hijos, sobre todo en la menor, Irene Urdangarin, con la que todavía reside en Ginebra, mientras que los mayores han abandonado ya el nido. Pablo Urdangarin se encuentra en Barcelona y está desarrollando su carrera como jugador de balonmano profesional -tras los pasos de su padre-, Miguel está estudiando en Reino Unido y Juan en Madrid.
No obstante, a pesar de que su residencia está en la ciudad suiza, la Infanta Cristina viaja con recurrencia a Barcelona debido a cuestiones profesionales. Este mismo lunes, apenas unas horas después de que se celebrara en Mallorca la boda de la hija de Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal, Mafalda -a la que la Infanta asistió-, doña Cristina se encontraba en la Ciudad Condal para participar en uno de los actos del primer congreso de la Philanthropy Europe Association (Philea). A este encuentro de Philea, que cuenta con más de 10.000 fundaciones europeas y apoya redes en más de 30 países, han asistido más de 600 personas. La hermana de Felipe VI, como directora del área Internacional de la Fundación La Caixa, no ha faltado a la cita, ya que precisamente esta institución ha sido la encargada de ejercer como anfitriona del simposio.
Una vez que doña Cristina termine con sus compromisos en Barcelona, está previsto que la hermana de Felipe VI regrese a Ginebra. No obstante, se especula con la posibilidad de que, una vez su hija menor termine los estudios y se marche a estudiar fuera, la Infanta tome la decisión de cambiar de residencia, aunque esto es algo que se confirmará en el futuro.
A pesar de que los últimos meses han sido complicados para ella, en estos momentos, la Infanta doña Cristina está muy volcada en sus compromisos profesionales y se la ha visto tranquila y sonriente. Queda esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos y cuál será su situación una vez se confirme el divorcio, para lo que cada vez va quedando menos.