El mando de la Policía Nacional que dirigió la investigación que desembocó en la detención en Alemania del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en marzo de 2018, ha asegurado este martes, durante el juicio contra los dos agentes de los Mossos d’Esquadra que acompañaban aquel día al político catalán, que se guiaron por “datos intuitivos” para alertar a las autoridades germanas de su paso por este país y que pudieran arrestarlo. A preguntas del abogado defensor de los dos policías catalanes, el agente ha negado que el Ministerio del Interior hubiera desplegado en el norte de Europa un equipo para seguir a Puigdemont y ha insistido en que la mayor parte de la información sobre el paradero de este lo obtuvieron “monitorizando” las redes sociales. “[El expresidente de la Generalitat] publicitaba sus apologías independentistas en ellas”, ha añadido el agente.
La declaración del mando policial se ha producido durante la segunda sesión del juicio contra los mossos Carlos de Pedro y Xavier Goicoechea, para los que la Fiscalía pide tres años de prisión por un delito de encubrimiento por ayudar al expresidente de la Generalitat a llegar a Bélgica y “evitar su identificación en algún lugar donde pudieran ejecutar la orden de detención”. El policía, jefe de la unidad de la Comisaría General de Información responsable de investigar “el radicalismo violento y contra el orden constitucional”, ha asegurado que, tras la huida de Puigdemont en octubre de 2017, informaba “puntualmente” a la Fiscalía del Tribunal Supremo sobre el paradero de este. Así lo hicieron meses después, en enero de 2018, cuando el expresident se desplazó a Dinamarca para dar una conferencia en la universidad en la que fue su primera salida de Bélgica desde que se hubiera refugiado en este país tres meses antes.
El alto mando ha aclarado que, entonces, el Supremo no reactivó la orden europea de detención que había dictado tras la huida de Puigdemont, pero que sí lo hizo poco después, el 23 de marzo de aquel año, cuando se conoció que el político catalán se había desplazado a Helsinki para participar en otro acto público. El mando policial ha asegurado que obtuvieron la información sobre la presencia de Puigdemont en Finlandia por “fuentes abiertas” [en referencia a redes sociales y medios de comunicación] y que, en ese momento, mandaron una comunicación a la Oficina de Sirene (órgano policial de cooperación internacional para la detección en frontera de personas reclamadas) para informar de que el expresident figuraba de nuevo como reclamado por la justicia española. “En el momento en que se reactivó la euroorden, Puigdemont desapareció”, ha dicho el agente, que ha añadido que en ningún momento conocieron con antelación el recorrido que iba a emprender el político catalán.
Pese a ello, ha admitido que solo pidieron la colaboración de la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania (BKA) al considerar que “el recorrido razonable” para que el político volviera a su residencia en Waterloo (Bélgica), donde pretendía presentarse a la justicia de este país tras conocer que se había reactivado la orden de detención contra él, era pasar por aquel país. En su declaración, el policía ha explicado que, por ello, facilitaron a las autoridades germanas el modelo y la matrícula del vehículo en el que presuntamente se desplazaba Puigdemont, aunque no sabían quiénes le acompañaban. “La primera noticia la tuvimos cuando se produjo su detención y la BKA nos dice que había otros cuatro ocupantes”, ha dicho. Los otros ocupantes del automóvil eran los dos mossos que están siendo juzgados, el historiador Luis Alay y el empresario Josep María Matamala, amigo íntimo del político. Estos dos últimos fueron también imputados, aunque quedaron exculpados durante la instrucción de la causa.
Para explicar que la policía alemana hubiera montado un control cerca de la frontera poco antes del arresto si no habían hecho un seguimiento a Puigdemont, el policía ha afirmado que habían hecho “una aproximación” de la hora en la que el vehículo en el que viajaba el expresident podía pasar por ese punto a partir de “datos intuitivos”. “¿Querían ustedes que la detención del señor Puigdemont se realizara en Alemania?”, le ha preguntado el abogado defensor de los mossos. “No, solo estimamos que era el lugar más factible para practicar la detención”, ha respondido el agente. Sin embargo, tras la detención, diversas informaciones apuntaban que un amplio equipo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) había mantenido bajo vigilancia a Puigdemont desde su llegada a Finlandia hasta su detención. Este miércoles, el policía no ha aclarado esa supuesta participación del servicio secreto, al que solo ha mencionado para recordar que es el único organismo español que “tiene información y autoridad para investigar delitos que afectan a la seguridad nacional en otros países”.
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