La comisaria general y jefa de la Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard), Cressida Dick, ha anunciado este jueves a última hora su dimisión, después de que el alcalde de la ciudad, el laborista Sadiq Khan, le retirara públicamente su confianza. “La semana pasada, dejé claro a la comisaria jefa la dimensión del cambio que era necesario llevar a cabo con urgencia para que los londinenses recuperaran su confianza en la Policía Metropolitana, y para erradicar el racismo, el machismo, la homofobia, los abusos, la discriminación y la misoginia que existen aún en su seno”, ha anunciado Khan en un comunicado. “No estoy satisfecho con la respuesta de la comisaria”, concluía. Dick, que este jueves por la mañana había dado una entrevista a la BBC en la que se había mostrado desafiante y anunciado que no pensaba dimitir, ha dado finalmente su brazo a torcer.
Ha aguantado cuatro años en el puesto, y nadie ha discutido su rigor, profesionalidad y defensa del personal a su cargo. Pero ha sido incapaz de adoptar decisiones firmes ante los escándalos que han salpicado recientemente al cuerpo policial. A principio de febrero se conoció el resultado de una investigación interna de la Oficina de Conducta Policial sobre las actitudes racistas y homófobas de varios agentes de la estación policial de Charing Cross, en Londres. Mensajes de WhatsApp lanzaban bromas macabras sobre supuestas violaciones y tenían frases de un insultante racismo. Tanto el alcalde como la ministra del Interior, Priti Patel, exigieron a Dick una respuesta dura y firme.
La comisaria ya estaba en la cuerda floja después del escándalo que supuso el año pasado la reacción de los agentes presentes en la vigilia por la muerte de Sarah Everard, la joven violada, asesinada y descuartizada por el oficial Wayne Couzens. La concentración de mujeres en el quiosco de un parque de Londres para protestar por la muerte de Everard, a la que acudió incluso la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, había sido desaconsejada por las restricciones sociales derivadas de la pandemia. En vez de mostrar una actitud prudente ante los nervios del momento, los agentes desplegaron contra las manifestantes una violencia que provocó la irritación general de la ciudadanía.
Cressida Dick, de 61 años, tenía ya muchos enemigos cuando decidió, hace dos semanas, meterse en un nuevo avispero y ordenar que la policía investigara las fiestas prohibidas de Downing Street. Puso más presión sobre el primer ministro, Boris Johnson, pero a la vez indignó a los diputados que vieron cómo la injerencia policial retrasaba la publicación del informe sobre las fiestas de la funcionaria Sue Gray.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.