Tras acabar una cena de equipo junto a todo el cuerpo técnico del PSG en un restaurante del Bois de Boulogne de París, el pasado 4 de noviembre, las jugadoras Aminata Diallo (Grenoble, Francia; 26 años) y Kheira Hamraoui (Croix, Francia; 31) se subieron al coche para ir a sus casas. Diallo de piloto; Hamraoui a su lado. Nada extraño si se atiende a que son compañeras en el conjunto parisino y amigas, puesto que en alguna instantánea de sus redes sociales aparecen juntas y con la sonrisa puesta. Pero sucede que a la vez son rivales por un puesto de centrocampista y ahí, supuestamente, se enreda el asunto hasta convertir el viaje en coche en una macabra novela negra que acabó con Hamraoui en el hospital y, ahora, con Diallo en la comisaría.
Según cuenta el diario L’Équipe, antes de llegar al domicilio de Hamraoui —que dejó el Barcelona este verano como agente libre tras conquistarlo todo, incluso con la titularidad en la final de la Champions ante el Chelsea—, dos encapuchados la sacaron a la fuerza del coche y, con una barra de hierro, golpearon sus piernas y manos. Kheira se quedó en el suelo al tiempo que los matones se marcharon a la carrera. “Fue alrededor de las 22.30, cerca de su casa”, confirmaba una familiar de la víctima. Una agresión que provocó que fuera a la clínica de Poissy para que le cosieran las heridas. Ahora, la policía francesa ha detenido a Diallo por supuestamente organizar la agresión por una cuestión de celos, ya que desde la llegada de Hamraoui al PSG, ella ha perdido protagonismo en el once.
La hipótesis la lanzó un trabajador del club parisino —”No hay nada de villano en este asalto, ya que no se robó nada a las dos jóvenes. Uno de los atacantes golpeó a Kheira a la altura de sus piernas, como si quisiera evitar que ella ejerciera su profesión por un tiempo”— y la policía francesa la ha seguido a instancias del Tribunal de Versalles.
Desde que Hamraoui firmara por el PSG, ha sido titular en todos los partidos que ha estado disponible (siete de siete duelos, seis domésticos y uno europeo, para sumar 514 minutos). No así su compañera, que ha salido de inicio en tres de siete choques disputados en la liga y dos de tres en Europa (alcanza 540 minutos). Precisamente, la paliza de los encapuchados impidió a la exbarcelonista entrenarse en los últimos días y de paso, le apartó del campo este martes en el duelo de la Champions ante el Madrid (4-0 en el Parque de los Príncipes).
Hamraoui no solo le quitó el puesto en el PSG a Diallo, sino que entró en la convocatoria del mes pasado de Francia para medirse a Estonia y Kazajstán después 36 citaciones internacionales y de dos años y medio fuera de las listas de la seleccionadora Corinne Diacre. Aunque una lesión en un gemelo le privó del regreso con las bleus y su reemplazo fue, precisamente, Diallo, que contaba con siete internacionalidades y terminó por ver las dos victorias galas desde el banquillo sin participar minuto alguno.
Ayer por la mañana, la policía francesa detuvo a Diallo en su domicilio de Marly-le-Roi por orden del Tribunal, toda vez que no se descarta su implicación en la noche de autos. Custodiada y a la espera de saber qué declaró la jugadora, queda por ver cómo se resuelve el embrollo. “El Paris Saint-Germain toma nota de la custodia policial de Aminata Diallo como parte de los procedimientos policiales iniciados y desde el PSG se condena enérgicamente la violencia cometida, por lo que el club está trabajando con la policía de Versalles para arrojar luz sobre los hechos”, señaló la entidad parisina en un comunicado oficial, también a la espera para saber si expulsa a la jugadora del club.
El caso de las patinadoras Tonya Harding y Nancy Kerrigan
El ataque sufrido por Kheira, de estar organizado por su compañera Diallo, recuerda al sucedido en 1994 entre las patinadoras estadounidenses Tonya Harding y su rival Nancy Kerrigan. Un caso que conmocionó a la sociedad norteamericano y que llevó a la gran pantalla el director Craig Gillespie—Yo, Tonya, estrenada en el año 2017—, con Margot Robbie en el papel de Harding.
Mientras Harding era arisca, marcada por una relación complicada con su madre y poco querida, Kerrigan destilaba lo opuesto, educada y estilosa, la preferida del país. Por entonces, un individuo llamado Shane Stant agredió a Kerrigan en la pierna derecha tras una sesión de práctica y más tarde se supo que el exmarido de Kerrigan y su guardaespaldas habían orquestado el ataque con el beneplácito de Harding, su eterna rival.
Otro episodio similar, aunque de diferente cariz, se dio hace unos años en la selección francesa, cuando supuestamente Benzema extorsionó a su compañero Valbuena por un vídeo sexual.
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