La justicia belga ha decidido que los indicios de soborno de Qatar a altos responsables del Parlamento Europeo son lo suficientemente fuertes como para mantener entre rejas a los principales sospechosos. El tribunal correccional de primera instancia de Bruselas ha confirmado este miércoles la prisión preventiva para dos de los cuatro imputados (el pasado domingo) por corrupción y blanqueo de dinero y ha puesto en libertad vigilada a un tercero. La comparecencia de la cuarta imputada, la recién destituida como vicepresidenta de la Eurocámara Eva Kaili, se ha retrasado a petición de su abogado y su situación se decidirá en una vista el 22 de diciembre.
Había mucha expectación este miércoles en el vetusto Palacio de Justicia de Bruselas por ver a los cuatro acusados principales de la trama. Las decenas de periodistas que aguardaron a la puerta de la sala del correccional durante horas, se fueron, sin embargo, con las manos vacías: los detenidos, entre los que finalmente no estaba Kaili, desaparecieron por una puerta alejada de las cámaras. El tribunal tenía hasta 24 horas para decidir su destino, pero no necesitó más que unas pocas.
El exeurodiputado socialista italiano y hasta el viernes presidente de la ONG Fight Impunity, Pier Antonio Panzeri, en torno al cual se sospecha que gira toda la trama de corrupción, deberá permanecer en prisión preventiva, al igual que su antiguo asistente parlamentario y actual pareja de Kaili, Francesco Giorgi. En las casas de ambos, la policía halló maletas y bolsas de dinero en efectivo que, junto a una tercera incautación realizada en un hotel bruselense en el que se alojaba el padre de Kaili, suman 1,5 millones de euros. La policía federal belga publicó este miércoles en las redes sociales una foto de numerosos fajos de billetes de 20, 50, 100 y 200 euros e imágenes de los maletines, paquetes y hasta bolsas de papel en los que fueron hallados.
El tercer acusado que compareció este miércoles, el también italiano Niccolo Figa-Talamanca, que dirigía otra ONG, No Peace Without Justice, ha sido puesto en libertad vigilada y deberá portar un brazalete electrónico hasta que sea convocado a juicio.
Todos pueden apelar la decisión, para lo que tienen 24 horas. En ese caso, deberán volver a comparecer ante un juez en los próximos 15 días.
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La persona más esperada, no obstante, no compareció. La expresentadora griega Kaili, cuya defensa niega cualquier implicación en los hechos, no se personó en el tribunal. Según confirmó la Fiscalía, por motivos no revelados solicitó un aplazamiento de la audiencia y esta tendrá lugar finalmente el jueves 22. Hasta entonces, continuará también en prisión preventiva.
Kaili sigue siendo eurodiputada, pero el Parlamento Europeo la destituyó la víspera de todas sus atribuciones como titular de una de las 14 vicepresidencias de la Cámara, en una inusual votación del pleno absolutamente abrumadora: 625 eurodiputados votaron a favor de destituirla, uno en contra y dos se abstuvieron.
La presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, ya la había suspendido de sus funciones durante el fin de semana, al igual que el grupo de Socialistas y Demócratas (S&D), al que pertenecía, que también ha decretado ya su expulsión. La formación progresista, la más afectada por el escándalo hasta ahora, puesto que casi todos los implicados o sospechosos pertenecen a sus filas, ha suspendido, además, a otros eurodiputados vinculados de alguna forma con el Qatargate, entre ellos al belga Marc Tarabella, cuyo domicilio también fue registrado el pasado sábado, aunque por el momento no ha sido imputado.
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