Se podrá estar en El Rastro en medio de miles de personas, sentarse en una terraza de Madrid con 20 amigos, cenar en el interior de un restaurante con 15 más o ver una película con la sala llena mientras cientos de personas comen palomitas. También se podrá ver al Atleti con el Wanda Metropolitano sin un asiento libre. Pero en la Comunidad de Madrid no se podrá ir siempre que se quiera al centro de salud, la atención será telefónica; ni los padres podrán ver a los profesores de sus hijos, pues la reunión será telemática; ni se podrá acompañar a una hermana a conocer los resultados de un TAC en Oncología. Estos son algunos de los ejemplos que dan cuenta de la letra pequeña del camino hacia la normalidad que la noche de este miércoles anunció Isabel Díaz Ayuso desde Washington.
En una entrevista en Telecinco, Ayuso contó que a partir del próximo lunes, 4 de octubre, se acaban las restricciones de aforo. Entonces, la vida social de los madrileños volverá a ser, casi, como antes de la pandemia. Sin limitaciones horarias ni de ocupación, aunque sí con mascarilla obligatoria en interiores. Abrirán por completo bares, discotecas, centros comerciales, gimnasios y teatros, pero los hospitales y los centros de salud, el ámbito educativo y el de la Administración siguen con limitaciones.
¿Cuándo terminará de recuperarse la atención presencial y el acompañamiento? No hay fecha. Un portavoz de la Consejería de Sanidad, preguntado sobre esta cuestión, explica que “cada hospital, en función de su estructura, características, el perfil clínico de sus pacientes y el contexto epidemiológico, establece su política de visitas y acompañamiento de pacientes, tanto en hospitalización como en la asistencia ambulatoria (consultas, pruebas, etc.)”. Para el resto de normativa, la orden se publicará este viernes en el Boletín Oficial de la Comunidad, aunque el Ejecutivo ha enviado un comunicado este jueves para ampliar los detalles de los nuevos protocolos [que se puede consultar al final de este artículo].
Desde que la presidenta hizo el anuncio del fin de los aforos, este diario ha recibido una veintena de preguntas sobre “el fin” de otras cuestiones. Un ciudadano pregunta si “se sabe algo de las restricciones a visitas de familiares hospitalizados de larga estancia, porque es tremenda la falta de lógica en este aspecto, cuando ves que todo va hacia la normalidad”. Un profesor de un colegio al norte de la capital quiere saber si la Comunidad “no puede hacer nada para que las reuniones con los padres sean presenciales, ya que las ratios han vuelto a ser como eran”, y dice que es “difícil” reunirse con 30 personas a través de una pantalla: “Necesitamos conocer y ver a esos padres y madres, más si tienes una clase como la mía, muy diversa y con muchos niños con necesidades especiales”.
Una estudiante universitaria se queja de que no puede acompañar a su hermana a las visitas a la ginecóloga: “Va a ser madre, soltera, ni mi padre ni mi madre viven aquí. Yo sí y me gustaría poder acompañarla, pero no puedo. Que no se permite el acompañamiento, nos dicen”. Y una mujer en la sesentena escribe para contar que tiene que hacer “unos papeles” pero no puede: “No me termino de manejar con el ordenador y en la Administración siempre están comunicando o si me cogen el teléfono me dicen que lo haga por internet”.
Tampoco se puede ir al centro de salud si es de noche, fin de semana o festivo, porque los SUAP, los servicios de urgencias de atención primaria, se cerraron el 21 de marzo de 2020 y así siguen. Aunque muchos centros de primaria y hospitales han ido recuperando la atención presencial y permitiendo el acompañamiento, todavía no es algo generalizado. Javier Padilla, diputado de Más Madrid en la Asamblea y médico de atención primaria, afirma que “los datos epidemiológicos justifican levantar las restricciones”. “Pero creemos que lo prioritario es levantarlas en los servicios más necesarios. Porque hay cosas que parecen irrenunciables, como los estadios llenos, pero no acabar con que un padre y una madre tengan que turnarse para ir con su hija al médico, o que sigan siendo online muchísimas de las clases de preparación al parto de primaria”, añade.
Este jueves, su grupo parlamentario ha presentado una proposición no de ley para su debate en la Comisión de Sanidad de la Asamblea. “En un contexto en el que más del 75% de la población total de la Comunidad de Madrid ha recibido la pauta completa de vacunación (y algunos están comenzando a recibir una dosis de refuerzo), la incidencia acumulada a siete días es inferior a 30 casos por cada 100.000 habitantes y las cifras de ocupación hospitalaria continúan en un descenso mantenido”, dice el documento presentado, “el levantamiento de las restricciones en el ámbito del ocio y la restauración ha de acompañarse, o incluso verse liderado, por la toma de medidas en otros ámbitos de las instituciones públicas como es el acompañamiento en los centros sanitarios, las reuniones de madres y padres con el profesorado en el ámbito educativo o la presencialidad con mayor aforo diario en los trámites administrativos en las administraciones públicas”.
Aunque, matiza Padilla, “la normalidad, la antigua, en algunos aspectos, no la quiere nadie”. Se refiere a la situación de ese ámbito sanitario: “Ver 50, 60 pacientes al día es algo a lo que no se debería volver nunca más”. La próxima semana, la Dirección General de Recursos Humanos del Sistema Madrileño de Salud ha convocado una Mesa Extraordinaria de Atención Primaria. El motivo de la reunión: “Ver si hacemos algo con lo que tenemos, no con lo que nos gustaría tener”. Es “ver qué se hace con la miseria”, dice Padilla. En cualquier caso, “es urgente recuperar ciertas cosas”, porque “no es normalidad si los servicios públicos no son normales”.
Los protocolos a partir del lunes 4 de octubre
A partir del lunes, no habrá aforos en ningún ámbito social o económico en la Comunidad. Tampoco restricciones horarias, que se levantaron el pasado 20 de septiembre. Estos son los detalles de la nueva normalidad en Madrid a partir del 4 de octubre:
- El servicio en barra se recupera parcialmente al permitir consumir en ella sentado.
- En el ocio nocturno, seguirán prohibidas las pistas de baile a no ser que sean en el exterior, aunque las discotecas podrán usarlas para poner mesas (altas o bajas) para el consumo a su alrededor.
- Es obligatoria la mascarilla para los mayores de 6 años en espacios cerrados, como hasta ahora, al ser normativa nacional.
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