Los famosos atrapasueños se originaron en las tribus nativas norteamericanas de Ojibwa. Su propósito era alejar y atrapar las pesadillas de los miembros más jóvenes de la comunidad, que después eran eliminadas con el primer rayo de luz del día. Este curioso artilugio estaba hecho a base de hebras vegetales de color rojo y una estructura circular de madera que protegía toda la disposición. Esta última simula la rueda de la vida. Mientras que la malla que le acompaña representa no solo los sueños, sino también los pasos que damos en nuestro día a día. Y en el centro de la red un pequeño hueco vacío, conocido como ‘El Gran Misterio’.
Su apariencia recuerda mucho a la tela de una araña y las plumas que cuelgan hacia abajo simbolizan los sueños que no recordamos tras despertar. Para que el proceso sea mucho más efectivo, este cazador debe estar colocado sobre la cama del sujeto.
La leyenda de la Mujer Araña
Una de las historias relacionadas con esta creencia está protagonizada por una extraña mujer araña, llamada Asibikaashi. Esta tenía la responsabilidad de cuidar a los niños y a la gente de la Tierra, a través de una delicada trama que tejía sobre sus lechos. Sin embargo, el número de pupilos fue tan elevado que tuvo que pensar en otra alternativa. A partir de ese momento, las mujeres de cada familia fueron guiadas para elaborar esta red mágica que protegía a sus vástagos de las influencias negativas del mundo.
El atrapasueños en la actualidad
A pesar de su carácter sagrado, el atrapasueños ha adquirido un matiz decorativo que rechaza en muchas ocasiones su verdadera naturaleza. Es muy habitual encontrarlo en todo tipo de funciones: llaveros, camisetas, cuadros, complementos de moda…. Además de rechazar su finalidad principal, los materiales adecuados de construcción también son olvidados. El cazador de sueños tradicional está hecho a base de ramas de sauce y otras plantas.
Aunque estamos ante la leyenda más afianzada de todas, algunas culturas relacionan el atrapasueños con los deseos y aspiraciones que surgen a lo largo de nuestra existencia. Es decir, este objeto milenario se utiliza en muchos lugares para atraer toda la energía positiva hacia el individuo y que este pueda así cumplir sus mayores anhelos.
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