Si alguna vez tienes una visita inesperada en casa y deseas ofrecerle una bebida que esté fresquita pero todavía no te ha dado tiempo a meter los refrescos o las cervezas en el frigorífico, puede que pienses que la mejor forma de enfriar la bebida al momento será meterla cinco minutos en el congelador. Un método que puede que resulte pero si quieres ir mucho más rápido y disfrutar de una bebida bien fría sólo debes seguir el método que ahora te contamos.
La forma de enfriar la bebida al momento
Si deseas enfriar una bebida en tiempo récord existen varios trucos pero no todos son recomendables. Uno de los más extendidos es el de echar la bebida en un vaso lleno de cubitos. Evidentemente el líquido se irá enfriando pero también su sabor se irá aguando y si se trata de una cerveza, la combinación con hielo no es para nada aconsejable.
La ley de la termodinámica
Entonces, ¿Qué podemos hacer? Podemos fijarnos un poco en la física y recurrir (aunque te parezca sorprendente) al llamado «equilibrio térmico» que alude a cuando dos cuerpos en contacto, o separados por una superficie conductora, llegan a equiparar sus temperaturas dado que se transfiere calor de uno al otro. Para lograr este equilibrio se debe recurrir a la ley cero de la termodinámica, expresada en 1931 por R. H. Fowler y que dice lo siguiente: Si dos sistemas A y B se encuentran, cada uno por separado, en equilibrio térmico con un tercer sistema, que llamaremos C, entonces A y B se encuentran también en equilibrio térmico entre sí».
En la práctica lo que tenemos que hacer es tener esos tres elementos que serán hielo, agua fría y un poco de sal de mesa. ¿Por qué? El agua salada tiene un punto de congelación más bajo que el agua normal, por lo que ayuda a mantener el agua fría sin llegar a congelarse. Los cubitos a su vez se mantendrán sin derretirse en el agua gracias a la sal. La combinación de estos tres elementos se equiparará en un equilibrio constante de temperatura que nosotros vamos a aprovechar para enfriar nuestras bebidas en tan sólo dos minutos.
De este modo, coges un recipiente o una palangana, lo llenas con agua fría y cubitos y después, añades una cucharada de sal por cada litro de agua helada.
Coloca las bebidas aún sin abrir en el baño de hielo y gíralas suavemente para permitir que la temperatura en el agua alcance las paredes frías de la botella o lata. Solo necesitarás dos minutos para enfriar cada recipiente, pero cuanto más puedas cubrir el recipiente, más rápido se enfriará.
Un método sorprendente y eficaz aunque vale la pena señalar que un enfriamiento como este (ligeramente por debajo del punto de congelación normal) puede hacer que las bebidas carbonatadas, incluida la cerveza, burbujeen mucho, así que ten esto en cuenta al abrir esas latas y botellas.
¿Qué pasa con el vino?
Este truco funcionará para el vino, pero debido a que la botella tiende a ser más gruesa y también hay más líquido dentro de esa botella más grande, el vino necesitarás un poco más de tiempo que una lata o una botella de refresco.
Otro problema potencial, especialmente para los amantes del vino: si la etiqueta de una botella está hecha de papel, podría empaparse, arrugarse e incluso caerse.
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