La mejora de las condiciones permiten reanudar las tareas terrestres de extinción del incendio de Sierra Bermeja

Desde primera hora de este sábado se han movilizado efectivos de las brigadas de apoyo del Ministerio de Transición Ecológica que llegaron el viernes desde Toledo y Cáceres para ayudar en las labores de contención del incendio de Sierra Bermeja, en Málaga. El siniestro, que cumple tres días activo, se ha cobrado la vida de un bombero y ya ha calcinado cerca de 5.000 hectáreas. Las condiciones a lo largo de la noche han permitido al personal en tierra reanudar labores de contención que se paralizaron el viernes por la tarde ante la incertidumbre por la evolución de la propia dinámica del fuego, con características muy similares a las de los llamados incendios de sexta generación: macroincendios capaces de generar una dinámica propia que llega a alterar las condiciones meteorológicas y que quedan a expensas de la climatología y fuera de la capacidad de extinción con medios humanos. La imprevisibilidad en el comportamiento de las llamas eleva el riesgo para el personal de tierra, después de la muerte, el jueves, de un bombero forestal. Conforme ha ido avanzando el día la situación ha experimentado “una prudente mejoría”, según ha manifestado a última hora de la tarde el portavoz de la Junta, Elías Bendodo.

La hipótesis de que el incendio ha podido ser intencionado ha podido ser intencionado cobran más fuerza. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha informado de nuevas evidencias encontradas por la brigada que investiga las causas: “En los dos focos se han encontrado montoncitos de hojarasca y encima una piña prendida con un mechero”. El dirigente del PP ha dejado claras que la prioridad inmediata es apagar las llamas, después recuperar la zona y, por último “ir a por él”, en referencia al potencial autor del incencio. “Puede tardar un mes, un año o dos, pero daremos con él. Que no duerman tranquilos porque los cazaremos”, ha advertido, en línea con sus declaraciones del viernes. Desde el primer momento, la presencia de dos focos la misma noche del miércoles en la que empezó a arder el monte, la aparición de un tercero a lo largo de la mañana del jueves y la constancia de que justo en esos días iba a haber vientos cambiantes y racheados alentaron esa posible intencionalidad.

Moreno ha calificado de “catástrofe medioambiental y social” al fuego de Sierra Bermeja. “No son los incendios de los años noventa, no son los incendios que hemos tenido hasta ahora, son nuevas formas de fuego que superan los medios que tenemos”, apuntaba el viernes, cuando se desplazó ayer a Estepona para supervisar los trabajos del puesto de mando. “Esto es una catástrofe que nos golpea cuando creíamos que habíamos pasado lo peor”, afirmó. El avance del fuego, tras el cambio del viento que ha vuelto a soplar de levante, con más humedad y hacia el oeste, vuelve a amenazar el paraje natural de Los Reales de Sierra Bermeja, un reducto único del pinsapo, una conífera mediterránea única en la serranía malagueña.

“Lo que queda es un trabajo continuo y muy lento para fijar todo el perímetro y para que esta tarde, cuando la situación se ponga peor, que se pondrá, los escapes sean los menos posibles y el incendio se estabilice en su mayor medida”, ha explicado a mediodía Juan Sánchez, jefe de Extinción del Infoca desde el puesto de mando.

Aunque se ha retomado la actividad terrestre, el combate a las llamas se concentra en el cielo. La Junta de Andalucía ha informado que desde esta mañana hay 41 aeronaves sobrevolando la zona y descargando agua. Aunque la meteorología parece que se ha vuelto más favorable, el avance descontrolado del fuego ha obligado a desalojar esta noche a 40 personas de 20 viviendas en la zona de Quiñones, en Estepona, según ha informado el 112. Por el momento no se prevén medidas excepcionales de Protección Civil o nuevos desalojos y sigue vigente la orden de evacuación de las 1.054 personas desalojadas de Estepona y Benahavís.

El pueblo-museo de Genalguacil y el núcleo de Jubrique, son los más amenazados por el fuego. Sus vecinos han sido confinados en sus casas. Ambos municipios ven peligrar, además, una de las fuentes más importantes para su economía, basada en el turismo rural y en la agricultura.




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