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La mortalidad laboral creció en 2020 a pesar de la bajada de la actividad económica

Trabajadores de la construcción, en una imagen de archivo.FUNDACIÓN LABORAL DE LA CONSTRUCCIÓN / Europa Press

En la colección de desgracias que acumula en su currículo 2020 aún hay sitio para una más. Según los datos facilitados este jueves por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el número de trabajadores que fallecieron por accidente laboral en 2020 se incrementó con respecto a los datos de 2019: 708 personas perdieron la vida tanto durante su jornada como de camino o regreso de ella ―lo que se conoce como in itinere―, 13 más que un año antes. A pesar de que el número total de accidentes de trabajo con resultado de baja se redujo en un 23%, esta cifra estuvo cerca de alcanzar el medio millón: 485.365. Disgregando este dato en virtud de las causas que provocaron los fallecimientos, la estadística de Trabajo contabiliza que 21 trabajadores perdieron la vida como consecuencia del coronavirus.

Un crecimiento de la mortalidad que, dejando de lado a los fallecidos por covid, se ha producido en medio de un periodo más que comprometido para el desempeño de la actividad laboral, condicionado por las continuadas medidas de restricción de la movilidad que desembocaron en que la economía se contrajera un 11% durante 2020, la mayor caída desde la Guerra Civil. Una destrucción que se llevó por delante más de 620.000 empleos y dejó a centenares de miles ―millones en algún momento― de trabajadores afectados por ERTE.

Como viene sucediendo históricamente, el grueso de los accidentes laborales se situó en el lugar de trabajo, con 428.474 percances, mientras que aquellos comprendidos durante los trayectos de ida o regreso fueron de 56.891. Ambas cifras, además, son inferiores a las registradas un año atrás: un 22% menor para los primeros, y un 33,6% en el caso de los segundos; aunque en el caso de aquellos accidentes que tuvieron como resultado la muerte del trabajador, el reparto es desigual para ambas categorías: 595 frente a 113. Estos dos datos, sin embargo, reflejan tendencias contrapuestas: mientras que los accidentes mortales en el puesto de trabajo ascendieron en 53 casos en comparación con los registrados en 2019 (+9,8%), los producidos in itinere son 40 menos que en el anterior ejercicio (-26,1%).

La incidencia del coronavirus en el aumento de la mortalidad laboral es uno de los apartados que justifica este incremento. Según los datos que maneja Trabajo, 9.858 personas estuvieron de baja en 2020 por coronavirus, de las cuales 9.811 fueron leves, 26 graves y 21 mortales. Estos fallecimientos se repartieron por seis comunidades autónomas de la siguiente manera: ocho en Castilla-La Mancha (cuatro en Ciudad Real, dos en Toledo, y una en Albacete y Cuenca); cinco en Andalucía (dos en Granada y Jaén, y una en Sevilla); tres en Madrid; dos en Castilla y León (ambas en Salamanca); dos en Aragón (Zaragoza); y una en Cataluña (Barcelona).

Impacto del confinamiento

Tomando como referencia el impacto registrado por la covid-19 desde su aparición en marzo, separando las cuatro semanas de ese mes en periodos previos y posteriores a la declaración del estado de alarma, los datos de Trabajo también resultan significativos, y ponen de manifiesto el resultado favorable en el descenso de fallecimientos de la población trabajadora que provocaron las medidas de confinamiento. En el primer periodo (del 1 al 13 de marzo), un total de 21.869 personas se dieron de baja por accidente laboral (+7%); mientras que en el segundo tramo (del 14 al 31) la cifra ascendió hasta las 11.759, pero rebajó su volumen con respecto a 2019 (-56,1%). En los meses posteriores, en los que la ciudadanía se mantuvo ―salvo aquellos trabajadores dedicados a los servicios esenciales― encerrada en su casa, la tendencia descendiente continuó: en abril se notificaron 6.499 accidentes (-61,2%); en mayo 27.321 (-46,2%); y en junio 35.873 (-23,7%).

Levantadas las restricciones, pero con las empresas tratando de sobrevivir después del varapalo que recibieron sus cuentas, agarradas la gran mayoría de ellas a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), el número de accidentes laborales siguió reduciéndose hasta final de año: 40.851 (-22,5%) en julio; 34.989 (-15.2%) en agosto; 40.228 (-17,4%) en septiembre; 40.491 (-20,8%) en octubre; 39.451 (-9,9%) en noviembre; y 29.001 (-7,9%) en diciembre.

A pesar de esta radiografía global bajista, la mortalidad en el mes de marzo ―el único mes junto al de junio―, fue la más alta del año y la que alcanzó las cotas más elevadas en comparación con 2019: entre el 1 y el 13 de marzo se produjeron 31 accidentes mortales (+93,8%), mientras que en las siguientes dos semanas fueron 46 las víctimas contabilizadas (+119%).


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