Tras varios años de éxitos y grandes descubrimientos, ahora la NASA nos ha dado una mala noticia. Ha confirmado la muerte del telescopio espacial Kepler ya de forma definitiva y para siempre.
El mayor cazador de planetas ha estado en órbita alrededor de la Tierra durante varios años y ha sido capaz de localizar casi 2700 exoplanetas, más de la mitad de cuantos se conocen hoy en día fuera de nuestro Sistema Solar.
Además, recientemente tuvo que ser reparado por un problema en uno de sus giroscopios, labor en la que se tuvo éxito y se pudo volver a trabajar con el célebre telescopio que lleva el nombre del genial astrónomo Johannes Kepler.
Sin embargo, el problema ahora es otro, y es que este maravilloso ingenio capaz de superar con creces las expectativas que había creadas en torno a su servicio, se ha quedado sin el combustible necesario para continuar con sus operaciones científicas, así que se ha dado ya por ‘muerto’.
La triste noticia de la muerte del telescopio espacial Kepler
Sin duda, ha sido una de las misiones más exitosas de cuantas ha llevado a cabo la NASA en sus más de 60 años de historia. El Kepler ha sido una pequeña ventana al universo más desconocido, llevando al ojo humano hasta confines del espacio que antaño solo se podían imaginar.
Sin embargo, al no disponer ya de combustible suficiente para llevar a cabo más misiones y operaciones, la NASA ha optado por darle la merecida jubilación a este telescopio espacial que se marchará de su órbita actual lejos de la Tierra.
Kepler podría haber dado entre sus muchos descubrimientos con exomundos que incluso podrían albergar vida o ser capaces algún día de permitir que los humanos respiremos aire en un planeta extrasolar alejado de la Tierra.
Sin duda, sus descubrimientos han arrojado luz de nuestro lugar en el universo y de las peculiaridades que alberga el cosmos, un vasto espacio inmenso que ahora imaginamos un poco mejor.
Gracias a sus descubrimientos, sabemos que entre un 20% y un 50% de las estrellas del universo pueden contener planetas en la zona habitable. Es decir, que ha sido el primer paso para una posible futura migración de humanos.
Sea como fuere, ahora se pone fin a una idea que se comenzó a fraguar hace 35 años, y que durante casi una década ha sido un éxito rotundo de la NASA que ha analizado miles de estrellas. Descanse en paz.
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