Elthon Rivera Cruz
Activista de Derechos Humanos y Libertad Académica en Nicaragua.
Twitter: @ElthonRC
“La risa de un niño es como la loca música de la infancia”, dijo el ilustre poeta nicaragüense Rubén Darío, y no podría tener mayor razón, me atrevo incluso a decir que la risa de los niños es música en la vida. Cito de entrada a este prominente poeta porque desde su niñez proyectó su genialidad y honró posteriormente con su obra a la tierra de lagos y volcanes que soñó libre y prospera. ¿Cuántos Daríos o incluso mejores, puede haber ahí entre tantas niñas y niños de Nicaragua? y ¿cómo el país les está impulsando para desarrollar todas sus habilidades? Lamentablemente lo que en este articulo se abordará, solo demuestra el daño al que esta población infantil es sometida como víctimas de una atroz dictadura.
Nuestra niñez se encuentra actualmente en uno de los peores tiempos de Nicaragua, bajo el yugo opresor de la dictadura Ortega Murillo que no ha temido en el pasado en dañarles y que no duda en hacerlo las veces que sea necesario si esta, aun con la inmensidad de sus inocencias, les representa un impedimento a los macabros planes de su régimen autoritario.
El tema de la niñez nicaragüense toma especial relevancia en estos días, pues del 1 al 7 de junio, se celebra al tenor de lo dispuesto en la ley 208, la semana de la niñez nicaragüense que arranca con el tradicional día del niño el primero de este mes. Tristemente estas fechas no traen consigo la alegría que debería, la niebla oscura que ha implantado el autoritarismo en Nicaragua genera más preocupación que celebraciones.
Daniel Ortega y su sequito, se ha encargado de regalarle tristeza a las familias nicaragüenses, en las cuales los niños y niñas también perciben los daños, por si fuera poco, esta dictadura ha emprendido acciones barbáricas de terror, como los ya reconocidos asesinatos a menores de edad, al menos 19 entre niños y adolescentes según lo reportó un artículo el medio de comunicación Confidencial, y estos solo en el contexto de la crisis sociopolítica desde el año 2018; por difícil que sea creerlo, entre estos casos no solo destacan adolescentes intrépidos, sino además pequeños de edades de tan solo 5 meses, 14 meses y 2 años, cuyas muertes llenaron de luto y dolor a todo el país.
Por otro lado, en la actualidad hay decenas de niñas y niños que no pueden estar con sus padres dado que estos están en condición de prisioneros o prisioneras políticas y no les permiten verlos. El único regalo que les puede dar alegría es la libertad de sus progenitores, a quienes la dictadura retiene de forma arbitraria, tortura constantemente y aísla incluso por meses. Pero como la familia no está solo compuesta con papá y mamá, el numero de niños que extrañan a sus familiares presos es aun mayor, hermanas, hermanos, abuelas y abuelos, tíos y tías, que no están en el hogar porque se encuentran encerrados entre paredes y barrotes.
Lo mismo ocurre con los familiares que se han vistos en la necesidad de emigrar o peor, exilios forzados, dejando atrás a sus niñas y niños, deseando cada día el reencuentro. A buena parte de la niñez nicaragüense le está tocando crecer alejado de sus familiares por culpa de la dictadura.
La migración se está volviendo en el plan diario de miles de nicaragüenses, y quienes no dejan a sus niños, se atreven a aventurarse en la peligrosa travesía de la migración irregular con ellos, ya sea por exilio o por razones económicas. No es un secreto que a la niñez nicaragüense le está tocando cruzar frontera de forma “ilegal” a como mal expresan algunos; debemos saber que ningún niño o niña debe ser ilegal en ningún lado, sin embargo viven la experiencia de huir de la dictadura y los estragos que esta causa. “Yo tuve que pasar un muro. Era alto y gris”, cita el medio de comunicación Confidencial al relato de una niña originaria del norte de Nicaragua que se vio expuesta al mundo de la migración, en un reciente reportaje realizado junto a medios de comunicación costarricenses, el cual se titula -Niñez migrante: ¿Cómo es crecer ‘sin papeles’ en un país en el que no naciste?–
No conforme con tanto daño, los niños de Nicaragua reciben castigos a diario, en sus procesos de desarrollo la dictadura les arrebata la educación y les impone adoctrinamiento en las escuelas, con libros alusivos a la pareja dictatorial, clases dictadas por fanáticos sandinistas, las descabelladas políticas y al absurdo pensamiento partidario, les obligan a correr y jugar entre pabellones tapizados con las banderas del sanguinario partido político FSLN y sus malévolos líderes.
Es claro que el régimen de Ortega se comporta inútil frente a las necesidades de la niñez, pero aun con tanta deficiencia, lejos de permitir que organizaciones civiles que se dedicaban a apoyar a niñas y niños realizaran libremente su trabajo, las acosó, asedió y finalmente cerró, eliminando así una puerta más para el bienestar de los más pequeños de la sociedad. Dentro de las más de 250 organizaciones civiles que ha ilegalizado el régimen, se encuentran varias de apoyo a la niñez, por ejemplo, el Foro de Educación y Desarrollo Humano de la Iniciativa por Nicaragua (FEDH-IPN) y La Coordinadora Nicaragüense de Organismos No Gubernamentales que Trabaja con la Niñez y la Adolescencia, mejor conocida como CODENI, la cual beneficiaba a más de 300 mil niñas y niños.
El actuar de la dictadura es tan irracional que atenta contra la salud de la niñez. La gestión de la pandemia de Covid-19 no solo ha sido deficiente sino además completamente irresponsable, no se tomaron las medidas de prevención que el resto de países estaba aplicando por recomendaciones de la organización Mundial de la Salud, las escuelas públicas no interrumpieron sus actividades, los niños fueron obligados a asistir a clases aun cuando las cifras de contagio a nivel mundial se mantenían elevadas, no se puede dar una cifra certera de la cantidad de niños contagiados dado que el régimen escondió y falsificó los datos de salud relacionados con la pandemia; además la vacunación llegó tarde para la niñez y con dosis de vacunas no aprobadas por la OMS; pero no se detiene ahí, pues un día antes del día del niño, se llevó a cabo la cancelación de la Asociación Sociedad Nicaragüense de Pediatría, la ciencia médica en beneficio de los más pequeños también se vio castigada.
Finalmente, Nicaragua es el país más pobre de Centroamérica y de los tres primeros del continente, esto se traduce también en un problema que persiste desde antes y del cual los políticos se han olvidado, la niñez en situación de calle y pobreza extrema. Es una verdadera lástima que aquella loca música de la infancia de la que habló Rubén Darío, cada día sea más escasa y se aproxime poco a poco al llanto.
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