El escritor Paco Ignacio Taibo II confesó que, en algún momento, pensó escribir una historia relacionada con la narco corrupción de Genaro García Luna, pero desistió porque el tema le daba náuseas.
Hace algunos años, un amigo banquero de Paco Ignacio Taibo II le mostró un correo que había recibido desde las oficinas corporativas.
“El mail decía, estoy recibiendo dinero evidentemente de origen confuso, y le respondieron un mail desde la central que decía dinero es dinero”, recordó Taibo, en entrevista para Aristegui en Vivo.
Ese simple correo le permitió reflexionar cómo en México para que operara la economía del narco, estuvo involucrado, “en niveles profundos, prestanombres, industriales prósperos que tienen una gasera pero que en los tanques transportan líquidos para anfetaminas, cómo estuvo ligado la banca, es decir, la historia del dinero”.
El escritor aclaró que la obra “no era sobre Genaro García Luna, era sobre una esquina de la historia de Genaro García Luna, que es la historia del dinero blanco-negro, esto es, las historias de los banqueros, del dinero”.
“Esa novela me traía loco, hay que escribirla, quiero leerla, y tocaba de lado a García Luna, siendo sólo una pieza de la pirámide que está en el eje de las relaciones entre el aparato del Estado, el narco, y la relación de favor a ciertos narcos para disque combatir a otros”.
Taibo recordó una novela de Sherlock Holmes, del afamado Conan Doyle, en la que el detective le dice a Watson “follow the money” (sigue el dinero), para dar con el culpable de un delito.
“Yo me preguntaba ¿cómo seguimos el dinero ahí?”, dijo el novelista.
Sin embargo, cuando se decidió escribir ese libro le resultaba tan nauseabunda la historia que se rehusó a escribirla.
“No me da el corazón para meterme en ese mundo”, dijo el escritor.
Por ese motivo, decidió destinar otra historia a su afamado detective Héctor Belascoarán, a una que centrada en una reina de belleza del noroeste del país que termina pobre, desilusionada y muerta.
Este año también se propuso a cada mañana tomarse media hora, de 7 a 7:30, para escribir una novela sobre la resistencia anti-Nazi de los jóvenes judíos residentes del Gueto de Varsovia, y dejar la historia sobre el narcotráfico y la corrupción gubernamental a los periodistas.