El desembarco de Donald Trump en el negocio de la comunicación con la empresa Trump Media & Technology ha disparado la cotización en Bolsa de Digital World Acquisition Corp, la compañía instrumental de adquisición de propósito especial (SPAC, en sus siglas inglesas) con la que se ha fusionado, y que cotiza en el Nasdaq, el índice bursátil estadounidense de las grandes tecnológicas. Las SPAC son compañías creadas con el fin de reunir capital suficiente para realizar una fusión o adquisición con otra ya existente, cotizada o no, o para cualquier oportunidad futura de compra. Con la SPAC como muleta, Trump aspira a declarar la guerra mediática a los demócratas y las grandes tecnológicas de Silicon Valley, que en enero le privaron de su púlpito favorito: sus cuentas en las redes sociales Twitter y Facebook, a las que llegó a demandar por censura.
Las acciones de la citada SPAC se han disparado un 350%, en gran parte por las operaciones de partidarios del expresidente. En la apertura de la sesión de Wall Street, este viernes, el valor cotizaba un 95% al alza, mientras que el jueves se vio multiplicado por más de cuatro, de 10 dólares por acción a 45,50, tras conocerse el anuncio del acuerdo con la nueva empresa de Trump, que planea lanzar una plataforma similar a Twitter llamada Truth Social. El aumento del valor de las acciones de Digital World es inusual incluso para las SPAC, cuyas acciones tienden a oscilar enormemente, según el diario The Wall Street Journal.
La compañía de medios de Trump, que Digital World valora en 875 millones de dólares, incluida la deuda, fue presentada el miércoles tras anunciarse la fusión con la SPAC. Su sitio web solicita a los potenciales usuarios que se registren en una lista de espera. Trump Media planea un lanzamiento provisional el próximo noviembre y un despegue completo en el primer trimestre de 2022, a tiempo para la campaña de las elecciones de medio mandato de noviembre, en la que los republicanos aspiran a hacerse con el control de las dos Cámaras.
Pero no todo son venturas para la SPAC. Al menos uno de los principales sostenedores de la compañía cotizada se ha retirado del fondo por la fusión con el republicano. Se trata del magnate y administrador de fondos de cobertura Boaz Weinstein, quien el jueves ordenó la venta de todas las acciones no restringidas que su empresa poseía en Digital World. Horas más tarde, el valor de la SPAC se disparó, recortando sensiblemente su ganancia. Weinstein afirmó en un comunicado estar convencido de haber hecho lo correcto, para “mantener unos valores” que la contigüidad de Trump no garantizaría. Weinstein es un veterano donante demócrata que el año pasado apoyó la campaña de Joe Biden, hoy presidente de Estados Unidos.
Una presencia permanente
Trump, una presencia permanente en las redes sociales durante su presidencia, buscaba un nuevo hogar online desde que fue expulsado de Twitter definitivamente, y de Facebook durante dos años, tras el asalto al Capitolio, el pasado enero. Como consecuencia de la mordaza virtual, en las plataformas Facebook, Twitter, Reddit y Pinterest las menciones sobre el republicano se hundieron hasta un 95% entre enero y principios de junio, según The Washington Post. A principios de mayo publicó un blog personal, titulado Desde el despacho de Donald J. Trump, pero tuvo poco éxito y cerró un mes después, mientras a la vez mantenía conversaciones con varias plataformas para encontrar acomodo. Hasta que esta semana dio el salto al negocio mediático.
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Pero muchos en Wall Street, como Weinstein, prefieren distanciarse del republicano tras los graves sucesos de enero, que son objeto de una investigación en el Congreso obstaculizada en parte por Trump. Los fondos de inversión se han vuelto cada vez más estrictos en cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo, y algunos incluso han adoptado la llamada “inversión socialmente responsable” como pauta central de su estrategia empresarial. La asociación con Trump, por muy bendecida que se vea por Wall Street, implica un grado de toxicidad para las grandes corporaciones y para Wall Street, sobre todo después de la insurrección de sus seguidores en el Capitolio. “Algunos inversores preferirían beber matarratas a verse identificados con Trump”, declaró Erik Gordon, profesor de la Universidad de Michigan, al diario The New York Times. Otros, en cambio, no parecen estar dispuestos a anteponer los valores éticos a las ganancias.
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