Obras, otra vez. La Puerta del Sol convive desde hace unas semanas junto a un grupo de obreros. Mañana y tarde. El epicentro de la capital, el gran centro neurálgico del país conocido popularmente como el kilómetro cero de España, vivirá en los próximos meses una gran transformación, sin precedentes.
La gran estatua de Carlos III no presidirá la plaza desde su centro. Otras dos estatuas, tanto la emblemática para selfis y quedadas del Oso y el madroño, como la de Mariblanca, también se colocarán en otro espacio. Los quioscos, el estanco y la Administración de Loterías, más de lo mismo. Nada de fuentes. Solo habrá una, debajo del edificio de la Real Casa de Correos, la sede de la Comunidad de Madrid y primer reloj de los españoles cada 1 de enero, desde que TVE comenzó a retransmitir las campanadas desde aquí en 1962.
Más cambios. Hasta el mismísimo acceso a la estación de Renfe, conocido popularmente como La ballena o El Tragabolas -por su forma ovalada-, será derribado. Habrá otra estructura, transparente, que permitirá vislumbrar toda la plaza desde cualquier punto.
Simulación de la nueva estructura de acceso al intercambiador de transportes de la Puerta del Sol que sustituirá a la conocida como ‘La Ballena’.
Si los plazos van según lo previsto, los madrileños podrán disfrutar de la nueva plaza en las navidades de 2022, antes de la visita de los Reyes Magos, amantes de las rebajas capitalinas. Sin embargo, recalcan fuentes de la concejalía de Obras, no será hasta la primavera del año que viene cuando será finiquitada, justo unas semanas antes de las elecciones autonómicas y municipales de 2023.
Este será, sin duda, el principal legado del regidor popular José Luis Martínez-Almeida en estos cuatro años de mandato. La remodelación supondrá una inversión municipal de 10,7 millones de euros.
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“Desde el siglo XIX la Puerta del Sol ha supuesto un cruce de caminos, de manifestaciones”, observó Paloma García Romero, la edil de Obras de la capital el pasado mes de febrero, durante la presentación de las obras. “A partir del siglo XX, el desorden era evidente. Estancos, monumentos, todo era muy poco accesible”.
La concejal del PP dijo que tanto ella como su equipo tomaron la decisión de adaptar el proyecto de transformación de 2014. En realidad, el anuncio de estas obras no es nuevo. A primeros de 2020, el propio alcalde dijo que la reforma de la Puerta del Sol sería un hecho en los próximos meses y que, entre otras cosas, supondría la peatonalización completa de la plaza. Así será. En menos de un año el gran centro de Madrid será peatonal, por completo. Un cambio radical que comenzó a finales del siglo XIX. Estas son las grandes transformaciones que ha vivido la Puerta del Sol.
De calle ancha, a plaza
La figura clave en 1857 fue Lucio del Valle, un arquitecto que cambió para siempre la plaza madrileña, tal y como se puede leer en el estudio que el historiador de arquitectura Pedro Navasqués hizo sobre él en la Universidad Politécnica de Madrid: “Se trataba de un proyecto que deseaba convertir la Puerta del Sol en una gran plaza, comparable a las más bellas de Europa, de decoración ambientada y uniforme y susceptible de ser hermoseada con grandes fuentes de abundante caudal”. Del Valle dio forma a un espacio donde confluían calles y callejuelas. Suya fue la gran idea de ampliar la superficie, más del doble. Fue la época en la que se expropiaron decenas de edificios. Se hicieron las aceras, se encendieron las farolas, el inicio de la gran plaza que se conoce hoy.
Las reformas modernas de los años 60 y 80
El coche, que continúa siendo el rey de la movilidad en Madrid, sufrió un zarpazo sin precedentes. Fue en 1966 cuando se prohibió aparcar en la Plaza Mayor, una restricción que fue catalogada por muchos como el primer antedecente de las peatonalizaciones contemporáneas. A finales de los años 60 y principios de los 70, la calle de Preciados y del Carmen también fueron peatonales. El centro de Madrid ha vivido siempre grandes transformaciones. En la Puerta del Sol, sin embargo, las primeras obras de calado de las últimas décadas sucedieron en los años 80 siendo alcalde Enrique Tierno Galván, todavía con el coche como eje de las comunicaciones.
Precisamente en esta década, la plaza vivió sus primeras restricciones al tráfico privado. “La plaza es deleznable”, se puede leer en un reportaje publicado por el Colegio de Arquitectos de Madrid en 1984. “La ordenación antigua, funcionalmente ya inadecuada, conservaba solo las dos fuentes como únicos elementos de dignidad”.
Las obras comenzaron el 3 de diciembre de 1984. Fueron 1.062 millones para la sexta reforma de la plaza en sus 500 años de existencia. Fueron muy significativas las protestas de los madrileños y comerciantes por las 82 farolas instaladas, conocidas popularmente como “supositorios”. Las nuevas costaron unos 20 millones de pesetas (120.000 euros). “No es un desdoro retirar las farolas ante el clamor popular que han suscitado”, confesó el alcalde socialista de entonces, Juan Barranco.
En estas obras también se instalaron nuevas marquesinas para los autobuses y se colocó un pedestal para la estatua del Oso y el madroño, que se trasladó a la calle del Carmen, además de instalarse la estatua de La Mariblanca.
La Puerta del Sol, en una imagen panorámica captada en septiembre de 2003.MANUEL ESCALERA
20 años después, una gran tuneladora atravesó la Puerta del Sol. Fue en 2003, durante el periodo de Alberto Ruiz Gallardón (PP) en el bastón de mando. La capital acometió la mayor renovación de infraestructuras de su historia: 75 grandes obras y 100 kilómetros de túneles.
La gran plaza madrileña comenzó a ganar más espacio a los coches. Gallardón ordenó que los vehículos solo podrían circular entre la calle Mayor y Canalejas.
También se construyó, aunque las obras terminaron seis años más tarde, la colosal estación de Renfe, que terminó con el templete acristalado conocido popularmente como la ballena —por su forma a vista de pájaro— y que costó por aquel entonces 570 millones de euros. 15 años después, será derribada.
2022-2023, el proyecto actual
“Todos los proyectos anteriores fueron ganando espacios para el peatón, pero esta es la peatonalización completa”, cuenta por teléfono José Luis Infanzón, director general del espacio público de Madrid. “Lo que pretende este proyecto es reordenar la plaza”.
El anuncio no es nuevo. A primeros de 2020, el propio alcalde dijo que la reforma de la Puerta del Sol sería un hecho en los próximos meses y que, entre otras cosas, supondría la peatonalización completa de la plaza. Este proyecto, en realidad, recupera la propuesta del estudio de José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez que ya en 2014 ganó un concurso convocado por el Ayuntamiento junto con el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).
“La plaza se encuentra en un estado caótico, porque desde los años ochenta las intervenciones sobre ella se han ido realizando como parches, sin un plan integral previo, y actualmente la ensucian demasiados elementos distintos, desde quioscos hasta entradas de metro”, cuenta por teléfono el arquitecto Sánchez.
¿Qué va a cambiar? Todo. La famosa estatua ecuestre de Carlos III, en el centro de la plaza desde 1994, será desplazada hasta el edificio central de la Comunidad de Madrid, la Real Casa de Correos. En este punto, si uno sale por estas puertas de madera del edificio, a la izquierda se encontraría con la estatua de Carlos III, que será colocada sobre la única fuente que quedará; de frente, con una rosa de los vientos de grandes proporciones, donde se indicará que este es el kilómetro cero de España en un pequeño altar ―en sustitución de la pequeña marquesina existente en el suelo― y a mano derecha se encontrará con la nueva estación de cercanías.
Adiós al “tragabolas” o “ballena”. La estación de 2023 tendrá una forma más ovalada y acristalada, de manera que no se formarán ángulos que impidan la vista. Totalmente transparente. La intención de los responsables es que el vidrio realce la sensación de una plaza mucho más abierta. “Este vidrio va a tener un tratamiento para mitigar el calor”, ha dicho la delegada de Obras. “Esto se está poniendo por Europa, es la estructura más moderna. Esto es la arquitectura del siglo XXI”.
Las dos fuentes de la plaza también desaparecerán, que serán sustituidas por “una lámina de agua”, una especie de estanque, en uno de los laterales, donde se colocará también Carlos III. Un carril bici cruzará la plaza por la carrera de San Jerónimo hasta la calle Mayor. Tampoco habrá terrazas ni bares. Los estancos, los quioscos de prensa y la pequeña administración de lotería que están distribuidos ahora mismo, y aleatoriamente, como si se hubiesen caído del cielo por cualquier lado, también serán reordenados. Se colocarán en los extremos.
Como curiosidad, la nueva plaza hará un guiño al cielo de Madrid. Por una parte, en el interior de la única fuente que quedará en la plaza, se colocarán una serie de puntos de luz irregulares que simularán las estrellas. El pavimento simulará los rayos del sol mediante insertos de latón. Una hilera de bancos se colocarán en la zona norte, justo debajo del edificio que alberga el mítico cartel del Tío Pepe. Estas serán las únicas zonas de descanso de la plaza, que se convertirá en un gran solar. La intención es aprovechar el centro para grandes eventos.
Imagen digital del aspecto que tendrá la Puerta del Sol en 2023, cuando terminen las obras de reformaEL PAÍS
¿Habrá zonas verdes? No. “Nos hubiera gustado incluirlo”, cuenta el arquitecto Sánchez. “Si lo pones en el centro, evitas que sea un foro, un centro abierto, de celebración o protesta. Tampoco puedes poner árboles cerca de las fachadas. Nosotros planteamos 15 árboles donde sí se podía hacer, que era de la calle Mayor a la carrera de San Jerónimo”. Sin embargo, Patrimonio prohibió poner el arbolado. ¿Habrá elementos de sombra? “Puntualmente, lo pensamos con toldos, en la zona del arco norte, frente al edificio de la Real Casa de Correos y al estilo de los toldos que se colocan en la calle de Preciados o del Carmen. No sabemos si nos dejaran, pero esperemos que sí”.
La inauguración se prevé en la primavera de 2023, semanas antes de las elecciones municipales. “Nosotros escuchamos la fisionomía del espacio, que históricamente fue una confluencia de caminos”. Así será: la Puerta del Sol será 100% peatonal por primera vez en su historia.
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