Cuando algunos países ricos están ya pensando en inyectar la tercera dosis de la vacuna contra la covid a algunos de sus ciudadanos, los más pobres siguen suspirando por inocular la primera a su población más vulnerable. En la Unión Europea, la mitad de la población ya tiene la pauta completa (un 58,6% en España), mientras que en África solo ha recibido un pinchazo el 5% de la población. Para paliar este tremendo desequilibrio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido este miércoles por primera vez a las compañías y los países que controlan el suministro global de vacunas una moratoria global para no poner terceras dosis, al menos, hasta finales de septiembre.
“Entendemos la preocupación de los gobiernos por proteger a sus poblaciones de la variante delta, pero no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de las vacunas utilicen todavía más mientras que las poblaciones más vulnerables del mundo siguen sin protección”, ha declarado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En vídeo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pedido este miércoles una moratoria mundial a una tercera dosis de las vacunas contra la covid-19.
El objetivo es conseguir que al menos el 10% de la población de cada país esté completamente vacunada contra la covid antes de que los países ricos comiencen con las terceras dosis. Israel ya ha comenzado con los mayores de 60 años, algo que han anunciado para septiembre Francia (que también ha iniciado terceras dosis, pero solo para personas severamente inmunodeprimidas), Alemania y Reino Unido. En España, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, dio por descontado que serán necesarias, pero no puso una fecha para ello. Con esta misma previsión, la Unión Europea ya ha adelantado una compra de 1.800 vacunas de Pfizer entre 2021 y 2023.
La petición de la OMS ya ha recibido una respuesta de Estados Unidos, el país que más vacunas ha donado: 110 millones a casi 60 países, más que todo el resto de estados del mundo juntos, informa Antonia Laborde. “Creemos que es una elección falsa y que podemos hacer las dos cosas [donar y pinchar terceras dosis]”, ha contestado este miércoles la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psak, a preguntas de los periodistas. El presidente Joe Biden sostuvo la semana pasada que “ningún estadounidense necesita [una vacuna] de refuerzo por ahora”, pero dejó la puerta abierta a que el escenario pueda cambiar.
El 80% de las vacunas, en países ricos
De los 4.000 millones de vacunas administradas en el mundo hasta ahora, más del 80% se han inoculado en países con ingresos altos y medios, que representan en conjunto menos de la mitad de la población mundial, ha precisado Tedros. Los países ricos han administrado casi 100 dosis por cada 100 habitantes, frente a 1,5 por cada 100 en los países más pobres, ha resaltado el director de la OMS. Para lograr el objetivo del 10% de la población de todos los países del mundo vacunada en poco menos de dos meses, se necesita “la cooperación de todos, especialmente de las compañías y del puñado de países que controlan el suministro mundial de vacunas”, ha zanjado. Los siguientes pasos son llegar a un 40% a final de año y a un 70% a mediados de 2022.
Para abastecer a estos países se creó Covax, una plataforma auspiciada por la Alianza Mundial de Vacunas, promovida por fundaciones privadas (como la de Bill y Melinda Gates) y organismos como la propia OMS. El objetivo era que los países de altos ingresos donaran este año 2.000 millones de dosis destinadas a los de rentas medias y bajas. Por el momento solo se han alcanzado 177 millones, menos de un 10% de la meta.
Más información
En este contexto, laboratorios como Pfizer llevan tiempo insistiendo en que será necesaria una tercera dosis de la vacuna, una idea que comenzó a deslizar en abril. Es algo que no cuenta por el momento con suficiente evidencia científica que lo sustente, según la FDA, el organismo que regula los medicamentos en Estados Unidos. “Los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una vacuna de refuerzo en este momento”, respondió esta agencia en un comunicado conjunto con los Centros de Control de Enfermedades del país. “Continuamos revisando cualquier información nueva a medida que esté disponible y mantendremos al público informado. Estamos preparados para dosis de refuerzo siempre y cuando la ciencia demuestre que son necesarias”, continúa.
Por el momento, no se conoce cuánto dura la protección que otorgan las vacunas. Es algo que dirá el tiempo. Hay inmunólogos que piensan que será necesaria una tercera dosis para toda la población a medio plazo, mientras otros subrayan que la inmunidad celular adquirida tras dos pinchazos durará años. En personas inmunodeprimidas, que no generan una suficiente respuesta inmune tras dos inoculaciones, sí parece claro que necesitarán refuerzos. Son pacientes con cáncer o en tratamiento, trasplantados o en tratamientos inmunodepresores en los que una tercera dosis ha mostrado potenciar las defensas.
Pero hay países que van más allá. Israel, uno de los pioneros en la vacunación, administra desde la semana pasada una tercera dosis a todos los mayores de 60 años que lo soliciten ante el aumento de contagios provocado por la variante delta. Es un experimento a gran escala, puesto que no está claro todavía que sea necesaria para toda esa población. Alemania tiene previsto hacer lo mismo en septiembre. Reino Unido incluso rebajará la edad y la administrará a partir de 50 años, según adelantó el periódico The Telegraph.
Necesidad en entredicho
“Esto no tiene sentido”, opina Roselyn Lemus-Martin, investigadora en nuevos tratamientos y vacunas de la Universidad de Oxford. “Lo que nos dice la evidencia actual es que no es necesaria una tercera dosis para la población general, excepto en casos muy particulares. Las nuevas variantes nos amenazan y se pueden producir otras más peligrosas. Se debería hacer un esfuerzo global para vacunar a la mayoría del mundo en el menor tiempo posible”, subraya, en línea con el manifiesto de la OMS.
Lo vienen advirtiendo numerosos epidemiólogos desde el principio de la pandemia: hasta que todos estemos a salvo, nadie estará a salvo. “Aunque fuera por puro egoísmo, a los países ricos les interesa cortar la transmisión cuanto antes en el resto del mundo. Cuanto más se multiplique el virus más posibilidades hay de que una variante escape a las vacunas, y entonces sí tendremos un gran problema”, explica Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid. En el mismo sentido se manifiesta el epidemiólogo Javier del Águila: “Las variantes actuales se han dado en zonas de mucha propagación. Esto nos debería enseñar que debemos frenarla”.
Lo que se sabe hasta ahora de la variante delta, la más contagiosa hasta la fecha, es que, aunque tiene un gran poder de propagación, la pauta vacunal completa de las principales inyecciones aprobadas en Europa tiene altas tasas de protección (en torno al 90%) frente a la enfermedad grave y la hospitalización. Rosario Vega, química bióloga y experta en inmunología, incide en que varios estudios muestran que las vacunas utilizadas en la Unión Europea (Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen) son efectivas hasta el día de hoy contra las variantes, incluyendo delta. “Lo que recomendaría es que todos, sin excepción, sigan los protocolos que conocemos: mascarilla, evitar aglomeraciones, lavado de manos, etc., aún estando vacunados. Porque la variante delta es más transmisible”, subraya.
Source link