El coordinador de Ayuda de Emergencia de Naciones Unidas, Martin Griffiths, calificó como un “horror” el ataque que provocó este sábado al menos 38 muertos, entre ellos al menos un niño, en una aldea del estado de Kayah, en el este de Myanmar.
La oposición atribuyó el ataque a la junta militar, debido a la resistencia armada que existe en la región, donde se asienta el pueblo karenni.
“Condeno este grave incidente y todos los ataques contra civiles en todo el país, que están prohibidos por el derecho internacional humanitario”, denunció Griffiths en un comunicado.
Griffiths recordó que dos trabajadores humanitarios de la organización Save the Children continúan desaparecidos. Estos volvían a sus casas tras una misión humanitaria en la zona cuando su coche privado fue atacado y quemado, según la ONG.
A su juicio el Gobierno de Myanmar debe poner en marcha “una investigación exhaustiva y transparente sobre el incidente para que los autores puedan ser llevados rápidamente ante la justicia.”
Finalmente, Griffiths hizo un llamado a la protección de la población civil, “millones de personas en Myanmar siguen necesitando urgentemente ayuda humanitaria”, y destacó que la ONU y sus socios humanitarios están comprometidos a proporcionar ayuda en todo el país.
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El estado de Kayah fue una de las primeras regiones del país en alzarse contra la junta militar responsable del golpe de Estado del pasado 1 de febrero, anulando así los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que salió vencedor el partido de la exlíder Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés).
(Europa Press)
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