El secretario general de la ONU, António Guterres, ha dirigido este domingo un dramático llamamiento a israelíes y palestinos para un cese inmediato de las hostilidades, ante el riesgo de que la espiral de violencia pueda acabar engullendo a la región además de provocar una crisis humana de consecuencias incontenibles. En la apertura de una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, la tercera esta semana pero la primera abierta a los observadores, Guterres ha calificado de “absolutamente espantoso” el nivel de violencia, por lo que ha urgido a las partes a dialogar.
“La carnicería ha continuado hoy, este ciclo desquiciado de derramamiento de sangre, terror y destrucción debe detenerse de inmediato. Los cohetes y morteros por un lado [de Hamás] y los bombardeos aéreos y de artillería del otro deben cesar”, recalcó el secretario general, mientras equiparaba también la pérdida de vidas en uno y otro bando. Guterres ya había advertido este sábado de que “los ataques indiscriminados contra civiles violan las leyes internacionales”. La escalada bélica se ha cobrado hasta este domingo la vida de al menos 181 gazatíes (incluidos 52 niños y 31 mujeres), y causado 1.200 heridos; y de otras 10 personas en Israel (entre ellos dos menores), con un saldo de 200 heridos.
Guterres advirtió del riesgo de que la violencia alimente el extremismo en ambas partes, como demuestran los ataques entre árabes israelíes y judíos en ciudades de población mixta, así como los enfrentamientos, cada vez más enconados, entre fuerzas de seguridad y palestinos en Cisjordania y Jerusalén Este, donde media docena de familias palestinas están amenazadas de desahucio. “En Israel, la violencia de grupos y turbas de tipo justiciero ha agregado una dimensión más horrenda a una crisis que ya se está deteriorando. Los líderes de todas las partes tienen la responsabilidad de frenar la retórica incendiaria y calmar las crecientes tensiones”, recalcó.
El conflicto puede derivar en una crisis regional “incontrolable”, ha alertado Guterres, por lo que ha animado a los mediadores internacionales —Egipto, Qatar y Jordania, empujados por EE UU— a redoblar sus esfuerzos para lograr un inmediato alto el fuego.
Tras prometer la cooperación activa de la ONU en la forja de una tregua, Guterres ha cedido la palabra a su enviado especial para Oriente Próximo, Tor Wennesland, que ha calificado casos concretos de muertes de civiles en Israel, como las de un padre y su hija a las afueras de Lod, de “injustificados”. “El lanzamiento indiscriminado de cohetes de Hamás y otras milicias” desde zonas civiles “viola el derecho internacional humanitario y debe cesar de inmediato”, ha dicho, mientras instaba a las autoridades israelíes a cumplir con la legislación internacional que prescribe un uso de la fuerza proporcional a la amenaza y el ejercicio de la máxima contención. “Los niños no deben ser objetivo de la violencia”, ha concluido.
“Israel usa sus misiles para proteger a sus niños. Hamás usa a sus niños para proteger sus misiles”, ha replicado el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, con el argumento habitual de que los milicianos islamistas utilizan a los civiles como escudos humanos.
“Cada vez que Israel escucha a un líder extranjero hablar de su derecho a defenderse, se envalentona aún más para seguir asesinando familias enteras mientras duermen”, ha declarado por videoconferencia el ministro de Exteriores palestino, Riyad al Malki, en alusión al apoyo mostrado a Israel por el presidente estadounidense, Joe Biden, entre otros mandatarios. La reunión de los 15 países miembros del Consejo, presidida por China, se celebró en remoto, tras lograr convencer de la urgencia a EE UU, uno de los cinco permanentes y con derecho de veto.
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La actividad diplomática a varias bandas se intensifica para arrancar a las partes al menos la intención de declarar un alto el fuego. Hady Amro, el enviado especial de Biden, se ha reunido este domingo con el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, sin resultados conocidos. Washington tiene que designar a su nuevo embajador en el país, una vacante que complica la interlocución con las partes. EE UU prometió en abril que reanudaría sus contactos con la Autoridad Palestina (AP), pero no tiene ningún canal de comunicación con Hamás, al que considera un grupo terrorista, por lo que el llamamiento de Biden a Mahmud Abbas, presidente de la AP, este sábado, para que presione al movimiento islamista que gobierna de facto desde 2007 la franja de Gaza parece condenado al fracaso.
Otros foros internacionales, de la Unión Europea a la Organización para la Cooperación Islámica, han mostrado su intención de contribuir a los esfuerzos de mediación. Los ministros de Exteriores de la UE se reunirán este martes de forma extraordinaria, anunció en Twitter el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, quien reconoció el jueves que Bruselas no tiene capacidad para resolver el conflicto actual y que eso solo puede hacerlo EE UU. No obstante, el alto representante para la política exterior de la UE ha mantenido en los últimos días contactos con las partes implicadas, entre ellos el presidente Abbas y el ministro de Exteriores israelí, Gabi Ashkenazi.
En una reunión virtual de los países miembros de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), este domingo, Turquía propuso el envío de fuerzas de interposición a los territorios palestinos para garantizar la “protección física” de la población civil. El Parlamento Árabe, órgano de la cada vez más inoperante Liga Árabe, criticó “el silencio y la inacción” de Bruselas y su “política de doble moral”.