180 refugiados rohinyás podrían haber muerto en diciembre en aguas del océano Índico al haberse hundido el barco que los transportaba después de varias semanas de navegación a la deriva, ha alertado este domingo la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Citando informes no confirmados, la agencia ha indicado que los refugiados se subieron a un barco “no apto para navegar” en noviembre y no se ha vuelto a tener noticias de ellos. “Los familiares han perdido el contacto”, escribió ACNUR en Twitter el sábado. “Los últimos que supieron de ellos estiman que todos están muertos”.
Perseguidos en su país de origen, Myanmar, mayoritariamente budista, los rohinyá, mayoritariamente musulmanes, llevan varias décadas buscando refugio fuera de su país, especialmente en la vecina Bangladesh, de mayoría musulmana. Este éxodo se ha acentuado después de que en 2017 el régimen militar desencadenara una violenta represión sobre las minorías musulmanas de la antigua Birmania. Sin embargo, el más de un millón de rohinyás que viven en Bangladesh está en el origen de problemas en su país de acogida, por la falta de empleos y posibilidades de futuro. Esto lleva a muchos refugiados a buscar vías de escape alternativas por mar hacia países como Malasia, también de mayoría musulmana pero más prósperos.
La semana pasada, dos grupos de activistas rohinyá de Myanmar dijeron que hasta 20 personas murieron de hambre o sed en un barco que estuvo varado en el mar durante dos semanas frente a la costa de la India. Se dijo que el bote con al menos 100 personas estaba en aguas de Malasia. A principios de este mes, la marina de Sri Lanka rescató a 104 rohinyás a la deriva frente a la costa norte de la isla del Índico.
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