La Unión Europea prepara otro golpe de sanciones al régimen de Aleksandr Lukashenko ante la incesante brutalidad empleada por la policía en las protestas contra el líder bielorruso y tras la sospechosa muerte del partidario de la oposición Roman Bondarenko. Los ministros de Exteriores de la UE han dado luz verde este jueves para que el Alto Representante en Política Exterior, Josep Borrell, ponga en marcha una tercera ronda de medidas que, en esta ocasión, afectaría también a empresas e instituciones. Con esta actuación, la UE persigue provocar algún movimiento en el régimen de Lukashenko, que sigue enrocado en el poder desde los comicios presidenciales de agosto, cuyos resultados no son reconocidos por el bloque comunitario.
A pesar de las disputas iniciales entre socios, la UE ha lanzado ya dos rondas de sanciones que afectan al propio Lukashenko y a su entorno. “Ya hemos sancionado a más de 50 individuos en dos rondas de sanciones”, ha afirmado Borrell tras finalizar el consejo de ministros, celebrado por videoconferencia. “Hoy hemos acordado proceder con la preparación de la próxima ronda en respuesta a la brutalidad de las autoridades y en apoyo de los derechos democráticos del pueblo bielorruso”, ha añadido el jefe de la diplomacia europea.
La escalada de sanciones pone de manifiesto la creciente brecha entre Bruselas y Minsk. La UE ha sancionado, en concreto, a 55 dirigentes bielorrusos. Sin embargo, las medidas adoptadas hasta ahora no han hecho reaccionar al régimen, que ha seguido empleando la violencia para dispersar a los manifestantes que, durante 14 fines de semana consecutivos, han salido a la calle para protestar. A ello se añade la muerte de Bondarenko, un pintor de 31 años contrario al poder que recibió varios golpes en la cabeza por un grupo de enmascarados y fue metido en una furgoneta por agentes de seguridad vestidos de paisano.
Esta misma semana, la opositora al régimen Svetlana Tijanóvskaya, que buscó cobijo en Lituania tras las elecciones de agosto, pidió a Bruselas más represalias dirigidas contra todos aquellos a quien Lukashenko tiene “en el bolsillo”. Eso mismo han acordado hacer los ministros después de haber constatado que no llega “ninguna señal positiva” desde Minsk, en palabras de Borrell. La UE mantendrá su máxima de no adoptar sanciones contra la población civil, pero ampliará el foco y meterá en su lista negra a empresas e instituciones cercanas al régimen, cuyos dirigentes podrían verse privados de viajar a través de territorio europeo y congelados todos sus activos financieros en la UE.
Borrell, no obstante, ha presentado un plan con más medidas a los socios de la UE. Según ha detallado tras la reunión el Alto Representante, Bruselas quiere replantearse sus relaciones bilaterales con Minsk hasta la mínima expresión —las fundamentales para sus ciudadanos y los intereses comunitarios— y rebajar la participación del país en la Asociación Oriental. Los ministros de Exteriores deberán examinar ahora todas las propuestas formuladas por Borrell para tratar de poner a Lukashenko por fin contra las cuerdas, aunque el Alto Representante ya ha avanzado que la “atmósfera” que ha percibido en la videollamada indica que los titulares de Exteriores optarán por aplicar todo el paquete.
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