La pandemia ha afectado hasta a los vendedores de drogas


BRUSELAS — El vendedor independiente de marihuana de Bruselas, la capital belga, se vio en la necesidad de replantearse la forma en que realizaba sus negocios durante la pandemia del coronavirus.

La incertidumbre en las cadenas de suministros, una mayor supervisión y clientes con sus propios problemas financieros son algunos de los obstáculos que enfrentan los emprendedores como él en momentos en que Europa se encuentra en confinamiento. No hay mucho que un vendedor de drogas pueda hacer salvo buscar un nuevo giro de trabajo, o adaptarse.

Jerry -el alias que utiliza para proteger su identidad- ha vendido cocaína, marihuana y éxtasis en las calles desde que llegó a Bruselas procedente de Albania en 2016. Su clientela es tan regular que, cuando tuvo que cambiar sus horarios de trabajo debido a la cuarentena nacional, también actualizó su perfil de WhatsApp en tres idiomas.

Incluso más que el cierre de bares, centros nocturnos y otros lugares en donde las personas intentan obtener y utilizar los productos que vende Jerry, su decisión de dejar de trabajar a las 9 de la noche es reflejo de otro enorme cambio en su giro laboral: la policía que patrulla las calles prácticamente desiertas para asegurarse de que el público cumpla las órdenes de confinamiento, afirma.

“La cuarentena es lo que más me molesta”, dijo Jerry. “Es estresante. Ya no puedes vender drogas en la noche debido a los patrullajes. Es demasiado peligroso. Te pueden detectar fácilmente”.

Hacerse pasar por repartidores de comida y esconder los envoltorios de cocaína dentro de sus cascos es una estrategia que algunos han utilizado en los últimos años para evitar ser detenidos. Por miedo a ser arrestado antes de la cuarentena en Bélgica, Jerry contrató recientemente a un asociado para que realice las entregas en bicicleta.

Pero es difícil completar los encargos durante la pandemia, porque los agentes de policía que realizan los patrullajes revisan si los repartidores tienen las apps de entrega en sus celulares, comentó.

Lleva dos semanas en cuidados intensivos y conectado a respiración asistida. Un médico explica por qué este medicamento no tuvo resultados favorables en él.

La Interpol golpeó más la estrategia del reparto por bicicleta la semana pasada. La organización policiaca internacional emitió una alerta sobre la proliferación de vendedores de drogas que utilizan servicios de reparto de alimentos para transportar cocaína, marihuana, ketamina y éxtasis durante la crisis del COVID-19.

Del otro lado de la frontera con Francia, las agencias policiacas notaron un cambio drástico en el comercio de drogas ilegales en las semanas posteriores a la imposición de la cuarentena obligatoria del 17 de marzo. Los vehículos que ingresaban a toda velocidad al país para entregar lotes de drogas ya no transitaban por las rutas habituales hacia finales de mes, según un reporte de la policía antinarcóticos publicado en el diario Le Monde.

La división contra drogas de la policía judicial de Francia notó que las “mulas” que trasladan cocaína desde la Guyana Francesa prácticamente desaparecieron, y que los suministros al por mayor de cannabis se encontraban detenidos en Marruecos y España en lugar de ser contrabandeados a Francia, reportó Le Monde.




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