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La pandemia silenciosa que azota Chad

Jigawa es uno de los peores sitios del mundo para nacer. Se trata de uno de los Estados que componen Nigeria, fue fundado en 1991 y tiene el tamaño de la Comunidad Valenciana. Este sitio en concreto está entre los que tiene el mayor porcentaje en el mundo de desnutrición crónica: el 64%. Le siguen la provincia Karuzi (Burundi), Uttar Pradesh (India) y Houaphan (Laos).

Un macroestudio que se acaba de publicar en la revista Nature permite observar por primera vez con ese nivel de detalle la lucha contra el hambre a nivel mundial. Y también deja una conclusión preocupante: solo cinco países en el mundo mejorarán considerablemente sus resultados en los próximos años: Palestina, Peru, Paraguay, Santo Tomé y Príncipe, y Turkmenistán. Son los únicos que cumplirán en 2025 con la meta marcada por la OMS de reducir la desnutrición crónica en un 40% y la aguda, al 5%. “El retraso en el crecimiento es irreversible si no se aborda durante los primeros mil días después de la concepción, mientras que la desnutrición aguda se asocia con una alta mortalidad”, explica Damaris Kinyoki una de las investigadoras principales del estudio.

El grupo de científicos de la Universidad de Washington recopiló y analizó la información por regiones, provincias o condados entre 2010 y 2017 de 105 países en los que viven el 99% de los niños con retraso del crecimiento. En el estudio ha participado el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). “En lugar de comparar un lugar con otro a nivel de resultados nacionales, los países pueden ver las diferencias entre cada región y tratar de reducirlas”, puntualiza Kinyoki. En resumen, ahora es más difícil ocultar la desigualdad gracias a la media aritmética entre provincias.

Gracias a investigaciones como esta, es más difícil ocultar la desigualdad gracias a la media aritmética entre provincias

El análisis muestra por ejemplo que entre la región de Indonesia con menos desnutrición crónica y la que más la sufre hay una diferencia de 30 puntos porcentuales (entre 21% y 51%). En Nigeria, donde está Jigawa con un 64% de prevalencia, también está Surulere, con una tasa del 14%.

“Ambos países son grandes, muy poblados, y las condiciones en diferentes áreas varían histórica, demográfica, económica y socialmente. En conversaciones con el exministro de salud de Indonesia, Nafsiah Mboi, nos señaló que estas condiciones hacen que sea injusto o, al menos, no particularmente útil comparar unas ciudades con otras. Este mismo argumento se pueda usar seguramente en Nigeria. Comprender por qué existen esas diferencias, y qué las perpetúa, es el siguiente paso”, señala Kinyoki.

Según Kinyoki, Pakistán y Afganistán, son los que han tenido una evolución más nefasta en los siete años estudiados. Una tendencia que continuará previsiblemente en los próximos años debido a la inestabilidad y la pobreza. A estos dos países se unen zonas en el centro de Chad, el norte de Angola, parte de la República Democrática del Congo y Madagascar.

En 2017, uno de cada cuatro niños menores de cinco residentes en los países de ingresos medios o bajos sufrían problemas de crecimiento y la mayor parte de estos menores se concentraban en regiones específicas dentro de estos países. El último informe anual de Unicef ponía énfasis en este problema y recalcaba que existen 200 millones de pequeños en el mundo que sufren algún tipo de desnutrición. La mitad de ellos se concentra en solo cuatro países: India, Pakistán, Nigeria y China.

El análisis muestra por ejemplo que entre la región de Indonesia con menos desnutrición crónica y la que más la sufre hay una diferencia de 30 puntos porcentuales

El mundo, aun así, avanza poco a poco. Si se mira la fotografía global, la prevalencia de retraso en el crecimiento infantil en las economías en desarrollo pasó del 37% en 2010 al 26% en 2017. El progreso ha sido especialmente notable en América Latina y el Caribe.

Para los expertos, Perú es el mejor ejemplo de un país que ha hecho lo necesario para reducir el hambre y que de hecho cumplirá con los objetivos de la OMS. “Lo más positivo que observó el estudio fue que hay áreas con un gran progreso. Al mapear a una escala tan fina, podemos ver que hay muchas regiones, incluso dentro de países con altos niveles de retraso en el crecimiento que mejoraron”, recalca Kinyoki. “Pero sigue habiendo regiones con niveles de países de África subsahariana y el sudeste asiático”, advierte el estudio en sus conclusiones.

“En muchos casos sabemos lo que hay que hacer. En México, el programa Mesoamérica, por ejemplo, ha supuesto un gran avance. Esto demuestra que muchas veces solo es cuestión de dotar de recursos y voluntad política a las soluciones que ya existen”, apunta William Savedoff, experto en el área de salud del Banco Interamericano de Desarrollo. “Además, los avances en malnutrición se aprecian relativamente rápido, no es como con los datos de esperanza de vida que necesitan un plazo más largo”, señala el especialista.

La inestabilidad política y social de la región suponen, sin embargo, un gran reto a la hora de consolidar los avances. “Los logros de los últimos 20 años han ocurrido porque el crecimiento macroeconómico ha ido acompañado de políticas redistributivas, en general. Lo que es preocupante no es la inestabilidad en países con instituciones fuertes, sino las áreas con más conflicto social y violencia. Venezuela está en una situación sumamente preocupante en este sentido”, resume el experto.

Crónica y aguda: las diferencias

  • Cuando los expertos hablan de desnutrición crónica, se refieren a pequeños cuya altura es demasiado baja para su edad. Sufrirla conlleva consecuencias irreversibles: retraso en el desarrollo motor, deterioro de la función cognitiva y bajo rendimiento escolar.
  • La desnutrición aguda se da cuando el peso demasiado bajo para la altura. Se trata de una de las principales causas de fallecimiento entre menores de cinco años. Suele ser el resultado de una grave escasez de alimentos o una enfermedad puntual y grave. Se da sobre todo en Asia y no necesariamente en situaciones de emergencia. Es el día a día en algunas regiones del planeta.

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