Argentina cobrará un impuesto extraordinario a las grandes fortunas para financiar la lucha contra la pandemia. Luego de un agrio debate, los senadores que responden al Gobierno aprobaron por 42 votos a 26 una ley que grava por única vez los patrimonios superiores a los 200 millones de pesos, unos 2,5 millones de dólares. El porcentaje de aporte varía entre el 2% y el 3,5%, cuando la fortuna declarada ante el fisco supere los 35 millones de dólares. El Ejecutivo espera recaudar unos 3.500 millones de dólares que prometió volcar a planes productivos y sanitarios. La oposición consideró el impuesto de “confiscatorio” y advirtió que desalentará las inversiones.
El impuesto tuvo un áspero debate en Diputados, donde el kirchnerismo lo presentó como un acto de justicia ante una de las peores crisis económicas. La última previsión de la OCDE vaticina una caída del PIB argentino del 12,9%, la mayor para un país integrante del G20. El último informe de pobreza elaborado por la Universidad Católica Argentina, que suele anticipar los datos oficiales, estableció que el 44,2% de los argentinos, equivalentes a 18 millones de personas, no alcanzan lo suficiente para vivir dignamente. La cifra supone que dos millones de personas entraron en la pobreza desde el inicio de la pandemia, una cifra que pudo ser mayor sin las ayudas del Gobierno. Argentina es el noveno país con más cantidad de casos de coronavirus, con 1,5 millones de contagios y casi 40.000 muertos.
La nueva ley, que el oficialismo llamó de Aporte Solidario y Extraordinario, alcanzará a unas 12.000 personas, según cálculos provisorios de la AFIP, la agencia estatal de recaudación. De ese total, hay 380 personas en la cúspide de la escala del aporte, con un patrimonio declarado superior a los 35 millones de dólares. El dinero que paguen al fisco representará el 55% del total recaudado por el nuevo tributo.
La ley profundizó la grieta política que separa al kirchnerismo de la oposición de derecha. En su exposición ante el Senado, el oficialista Carlos Caserío dijo que el impuesto es “único, por única vez, en una situación trágica que tiene el mundo, y evidentemente en una situación excepcional”. “Es un aporte que solicitamos a los altos y grandes patrimonios del país. Si tomáramos a las personas alcanzadas, tendríamos que el 0,02% son los que tienen que pagar. Para que la gente no se deje engañar, porque pareciera que estamos persiguiendo a los ricos, el 99,98% de los argentinos no tiene que hacer este aporte”, dijo.
Para la oposición, que votó en contra, el impuesto es “anti inversiones, confiscatorio y generará un incremento irracional a la ya muy elevada carga fiscal de Argentina”, según dijo el senador de San Juan, Roberto Basualdo. El senador Esteban Bullrich, exministro de Educación de Mauricio Macri, agregó que el problema de fondo es que “el sistema impositivo argentino debería ser progresivo y no regresivo”. “Nosotros creemos que este gobierno enfrentó muchos problemas y que la pandemia trajo más, pero la verdad que ha mostrado una gran falta de creatividad frente a esos problemas”, dijo. Uno de los impulsores de la iniciativa fue el diputado Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
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