100 años: la película que nunca veras es el título de una de las películas más especiales y enigmáticas de lo que llevamos de siglo. La mayor parte de los artistas por norma, tienen la preocupación de cómo su legado artístico perdurará en el tiempo y en qué condiciones llegará ese legado cultural. Por ello y bajo el concepto de “cápsula del tiempo”, el cineasta Robert Rodriguez ha dirigido este filme tan curioso en el desarrollo de su proyección bajo el protagonismo del actor John Malkovich. Una historia que no viviremos para verla.
En realidad, 100 años es, según su ficha técnica de IMBD, un cortometraje dramático. No sabemos nada de su argumento, tan solo que a Malkovich lo acompañan en el reparto Marko Zaror y Shuya Chang. Por no saber, no conocemos ni tan siquiera el nombre de los personajes a los que interpretarán, ya que en los detalles del casting se nombra a Malkovich como el “héroe” a Chang como “la chica del héroe” y a Marko Zaror como “el malo”. Pero sin duda, la característica más llamativa de esta historia es que, si estás leyendo el presente artículo, jamás podrás verla, ya que está planeada para estrenarse en el año 2115, por lo que no viviremos para verla. El cineasta detrás de El mariachi o Abierto hasta el amanecer, señaló el año pasado que evidentemente, esta era la primera vez que hago algo así, apuntando a que le intrigaba mucho la idea de rodar una película que nadie de la actualidad vaya a poder ver. Y es que 100 años: la película que nunca veras está programada para llegar en el invierno de 2115, fecha en la que el director cumpliría 147 años.
En realidad es una acción publicitaria
La idea detrás de esta pieza tan especial llega como una genialidad del mundo publicitario. Remy Martin Louis XIII, una de las marcas de coñac más famosas del mundo es la que en realidad tiene la culpa de que esta ficción se haya llevado a cabo. Y es que el elemento de la conservación y de la maduración del producto va ligada intrínsecamente con la idea de dejar reposar esta historia durante 100 años.
De hecho, la propia cinta se guardará en uno de los sótanos de la marca. El único de sus negativos viajará por las ciudades de Los Ángeles, Londres, Hong Kong, Tokio y Nueva York en 2115, siendo muy pocos los privilegiados que puedan verla.
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