Desde finales del año pasado, las escenas desesperantes se repiten en los hospitales de Bolivia, donde filas de niños enfermos esperan a que se desocupe una cama. La peor epidemia de dengue en Bolivia ya suma 14.000 casos acumulados y ha exhibido las carencias del sistema de salud.
El número de muertos se colocaba en 43, y Santa Cruz, la región más afectada, concentraba 10.000 casos. A pesar de ser una de las zonas más desarrolladas económicamente del país, hay un déficit de camas de terapia intensiva, equipamiento y trabajadores, que ha sido denunciado por el propio personal médico.
Ante la crisis, se han lanzado numerosas “mingas”, trabajos comunitarios de limpieza y fumigación. El 23 de febrero, en uno de los picos de la epidemia, el Gobierno instaló un hospital móvil para ampliar la atención sanitaria.
La epidemia ha agravado la crisis política entre el ministro de Salud y Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, detenido en La Paz bajo acusaciones de participar en la planeación de un golpe de Estado contra Evo Morales en 2019.
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