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La petrolera estadounidense Chevron ya se alista para retomar sus operaciones en Venezuela

La petrolera estadounidense Chevron ya se alista para retomar sus operaciones en Venezuela

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos renovará en los próximos días la licencia de Chevron Corp. para operar en Venezuela, aunque probablemente sin los términos extendidos que la petrolera estadounidense buscaba, dijeron cuatro fuentes cercanas a las conversaciones.

En marzo pasado, el último productor de energía de Estados Unidos en Venezuela pidió al gobierno del presidente Joe Biden una licencia que le permitiera una mayor participación en sus empresas conjuntas con la estatal venezolana PDVSA, un primer paso para reactivar la producción y controlar el destino del petróleo.

Sin embargo, se espera que la licencia se renueve tal como está o que vuelva a algunos de los términos que tenía en 2020, que no limitaban la perforación, el procesamiento o el envío de petróleo desde Venezuela, según las fuentes. Todavía no se ha tomado una decisión final, dijo una persona familiarizada con el asunto.

Washington dio la semana pasada a Chevron lo que llamó una autorización “estrecha” para entablar conversaciones con el gobierno del presidente Nicolás Maduro sobre futuras actividades.

Funcionarios estadounidenses esperan que Venezuela ponga fecha a la reanudación del diálogo político con la oposición gubernamental, dijeron las fuentes, un posible factor determinante en la elaboración de la licencia de Chevron.

Las conversaciones políticas, que se celebrarán en México, aún no se han formalizado, ya que las dos partes debaten qué país las supervisará, como lo hizo Noruega el año pasado, dijeron otras dos fuentes cercanas al tema. La licencia de Chevron expira el 1 de junio.

“Ya no estamos hablando de los otros temas”, dijo una fuente involucrada en las conversaciones, refiriéndose a la búsqueda de Chevron de la autoridad para asumir un papel operativo en sus empresas conjuntas y para llevar el petróleo venezolano a Estados Unidos.

A medida que el gobierno del presidente Biden busca alentar el diálogo político, se ha enfrentado a las críticas de los republicanos, así como de algunos de sus correligionarios demócratas que no quieren dar a Maduro ninguna concesión.

Al mismo tiempo, debido a la guerra en Ucrania y la confrontación con Rusia, el gobierno estadounidense está cada vez más preocupado por el aumento de los precios de los combustibles y el temor a la falta de suministros internos.

La oposición del Congreso a cualquier medida que se considere como una relajación de las sanciones ha cortado las perspectivas de dar a Chevron en este momento el control sobre la producción o una luz verde para el comercio, según fuentes en Washington.

El senador estadounidense Bob Menéndez, presidente demócrata de la Comisión de Relaciones Exteriores, dijo la semana pasada que dar a Maduro “un puñado de dádivas inmerecidas” para que su gobierno prometa sentarse en una mesa de negociación era “una estrategia destinada a fracasar”.

Chevron, la italiana Eni y la española Repsol, en los últimos años, han buscado autorizaciones de Estados Unidos para tomar cargamentos de petróleo venezolano para el pago de la deuda pasada, argumentando que esos términos no proporcionarían dinero en efectivo a Venezuela.

Entre 2019 y 2020, Chevron fue autorizada por el gobierno del entonces presidente Donald Trump a comercializar el crudo producido por sus empresas conjuntas venezolanas para pagar los dividendos y la deuda de PDVSA. Los privilegios fueron retirados como parte de la campaña de presión de Trump contra Maduro.

Chevron dijo que lleva a cabo sus negocios “en cumplimiento del marco actual de licencias” y sigue siendo “una presencia constructiva en Venezuela”.

PDVSA y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos no respondieron a las solicitudes de comentarios.

En marzo, Washington reanudó por sorpresa los contactos diplomáticos con Venezuela en un intento de abastecerse de petróleo para sustituir el crudo y el combustible rusos que serían prohibidos semanas después.

Pero después de esa reunión de alto nivel, los funcionarios estadounidenses han dicho repetidamente que cualquier alivio de las sanciones a Venezuela estará ligado a “pasos concretos” por parte de Maduro, lo que pone de manifiesto las dificultades de cada lado para poner al menos una parte de las demandas sobre la mesa.

Estados Unidos reconoce al líder opositor Juan Guaidó como el legítimo presidente interino de Venezuela y considera la reelección de Maduro en 2018 como una farsa. Pero el presidente socialista sigue en el poder.

La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, dijo la semana pasada en una audiencia en el Congreso que el gobierno no importará crudo de Irán ni de Venezuela.


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