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La playa del Silencio, una parada segura en Asturias al más estilo Bali

Puede que Asturias no sea el primero ni el segundo de los destinos turísticos nacionales que se nos vengan a la mente. Sin embargo, es una región con una enorme cantidad de atractivos que no deberíamos perder de vista. Entre los últimos, destaca la Playa del Silencio.

De hecho, en parte gracias a las dificultades para desplazarnos lejos de casa y fuera del país por la pandemia, esta zona de la geografía española ha vuelto a estar de moda entre los viajeros que aprecian su naturaleza y cultura, como también la posibilidad de descansar sin estar sometidos a las multitudes de otras comunidades.

¿Cómo es la playa del Silencio?

Si bien sus provincias pueden recorrerse y disfrutarse en cualquier momento del año, como estamos en verano queríamos detenernos específicamente en uno de los principales reclamos de cara a la temporada estival 2022. Descubramos entonces las virtudes de la Playa del Silencio, por qué es uno de sus secretos mejor guardados.

¿Por qué debes conocer la Playa del Silencio?

En principio, esta playa sobresale por ciertas particularidades, como sus altísimos muros de roca que le dan forma de acantilado. Esas paredes que se han formado a lo largo de los siglos la protegen del viento y de las olas más elevadas, creando una serie de bahías que reciben gustosas a quienes escapan de las playas más concurridas.

Conocida también como Playa d’El Gavieru, pertenece al Paisaje Protegido de la Costa Occidental de Asturias. Hablamos de un área natural protegida de cerca de 35 kilómetros de extensión, entre Valdés y Cudillero.

Lo primero que llama la atención para quienes nunca antes se hubieran desplazado hasta las costas asturianas, y en especial a la Playa del Silencio, es que se trata de un paraje casi completamente virgen. El litoral cantábrico y sus salidas al mar han sido poco explotadas por el turismo, y eso se deja ver en un aspecto algo más salvaje.

Es por eso que los acantilados están rodeados de vegetación, la misma que flanquea nuestra llegada a la playa. Una vez instalados, vamos a disponer de alrededor de 500 metros de longitud y 30 metros de ancho de playas. Todo esto depende del estado del clima que afecta directamente a las mareas y su altura.

Por otro lado, a diferencia del resto de las cantábricas, en la Playa del Silencio no tenemos esa fina arena dorada. Nos espera un pavimento rocoso que, si bien nos obliga a ser un poco más cuidadosos, asimismo nos proporciona un increíble fondo verde esmeralda debajo del agua para deleite de los fotógrafos.


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