Las autoridades llevaban semanas alertando de la radicalización de los grupos negacionistas y antivacunas, y este miércoles la Policía ha desmantelado el primer intento de atentar contra la vida de un cargo público. La policía del Estado federado de Sajonia, al este del país, detuvo a primera hora a seis personas que presuntamente planeaban asesinar al primer ministro regional, el democristiano Michael Kretschmer. En los registros encontraron varias armas, tanto de fuego como ballestas. Los detenidos formaban parte de un grupo de Telegram en el que habían dejado constancia de su intención de atentar contra el político.
Sajonia se ha convertido en un bastión del movimiento que protesta contra las restricciones, en el que está infiltrada, probablemente liderándolo, la extrema derecha, según sospechan las autoridades. La redada se produce solo unos días después de que un programa de investigación de la televisión pública ZDF emitiera un reportaje que mostraba los planes, incluida una reunión en persona, para atacar contra Kretschmer. El reportaje muestra cómo se organizan estos grupos y alerta de que parecen cada vez más proclives a pasar a la acción, especialmente después del anuncio de que la vacunación será obligatoria en Alemania previsiblemente a partir de febrero.
Reporteros del programa Frontal se infiltraron en un canal de Telegram, el servicio de mensajería más empleado por los grupos extremistas por su falta de controles, para observar al centenar de negacionistas que participaban. Tras la emisión, el pasado día 8, la Fiscalía abrió una investigación y hoy unos 140 agentes –varios de ellos de fuerzas especiales- entraron en seis apartamentos de la zona de Dresde, la capital del Estado. Los detenidos son cinco hombres de entre 32 y 64 años y una mujer de 34. Todos alemanes. “Las declaraciones de algunos miembros del grupo indicaban que podrían estar en posesión de armas y ballestas reales”, dijo la policía en un comunicado.
El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, prometió combatir a esta “minoría de extremistas” antivacunas en su primer discurso ante el Bundestag tras su toma de posesión. Aseguró también que la mayor amenaza para el país es el extremismo de derechas, algo que ya había detectado el anterior ministro del Interior, el conservador Horst Seehofer. La exanciller Angela Merkel también se refirió a esta amenaza en sus últimos discursos antes de abandonar el poder. Scholz aseguró que la respuesta “usará todos los medios de nuestro estado de derecho democrático”.
Las protestas contra las restricciones se han hecho habituales desde mediados de noviembre en muchas localidades del sur y el este de Sajonia, pese a estar prohibidas. Los manifestantes lo llaman ‘paseos’ y van gritando consignas contra las medidas anticovid y el Gobierno mientras caminan. Se han registrado ataques a periodistas que trataban de informar sobre estas marchas. Hace unos días una treintena de personas se concentraron frente a la casa de la ministra de Sanidad sajona, Petra Köpping, portando antorchas, un incidente que ha provocado una enorme indignación en todo el país.
El servicio de mensajería Telegram está en el punto de mira de los líderes políticos alemanes. El ministro del Interior de Baja Sajonia, Boris Pistorius, ha pedido a Google y a Apple que retiren esta aplicación de sus tiendas. Lo contó esta semana en una entrevista en Der Spiegel. “Los que menos nos preocupa son los escépticos de las vacunas. Están saliendo a la calle con extremistas de derecha y ciudadanos del Reich [un grupo de corte neonazi] y para ellos las protestas contra las restricciones son solo un vehículo de agitación. Rechazan al Estado y a sus representantes. Hay que tomárselos muy en serio”, alertó. Telegram ignora sistemáticamente las peticiones de la justicia alemana para que le dé datos sobre quienes vierten discurso de odio, amenazas o planes violentos en sus chats.
La nueva ministra del Interior, Nancy Faeser, ha dicho que quiere tomar medidas contra estos contenidos. Faeser lamenta que, a diferencia de las redes sociales Facebook o Twitter, Telegram no se ve afectado por la legislación que prohíbe discursos de odio en internet. No hay cifras oficiales sobre la magnitud de la amenaza, pero Sebastian Fiedler, experto del partido socialdemócrata en temas de seguridad, le dijo ayer al diario Bild que se estima que hay entre 15.000 y 20.000 miembros de estos grupos negacionistas y de extrema derecha que podrían ser violentas.
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