Un nuevo episodio de apuñalamiento múltiple ha mantenido en vilo la tarde de este viernes al Gobierno del Reino Unido. A las 13.50, hora peninsular española, ha podido observarse un amplio despliegue policial en West George Street, una céntrica calle de la localidad escocesa de Glasgow después de que un hombre atacara a varias personas en el vestíbulo del hotel Park Inn. Varios medios británicos han indicado de inmediato, y las autoridades confirmaban poco después, que se trataba de otro episodio de apuñalamientos múltiples, como el sucedido el fin de semana pasado en Reading, al sur de Inglaterra. Pero, por el momento, la policía de Greater Glasgow ha confirmado que esta nueva investigación no ha sido calificada como incidente terrorista.
El sospechoso ha sido abatido a tiros por los agentes y al menos uno de ellos, de 42 años, habría sufrido heridas graves de arma blanca y fue hospitalizado, según indican esas mismas fuentes policiales, que señalan que permanece estable. Las primeras informaciones respecto al suceso indicaban que al menos tres personas habrían fallecido, pero el dato ha sido desmentido a lo largo de la tarde. Al menos seis personas, incluido el agente de policía, han sido trasladadas en ambulancia a un hospital cercano y permanecen bajo asistencia médica. Tres de ellos son adolescentes de 17, 18 y 20 años respectivamente. La edad de las otras dos es de 38 y 53 años.
Las televisiones locales han mostrado imágenes tensas en las que se veía a un grupo de agentes irrumpir con fuerza en el edificio mientras varias personas iban saliendo una a una con las manos en alto. “La calle se halla cerrada en estos momentos y se ha pedido a los ciudadanos que eviten acercarse a la zona. La situación está controlada en estos momentos y no existe riesgo para la ciudadanía”, ha asegurado en un tuit la Policía de Greater Glasgow a las 14.50. Las instalaciones del Park Inn, un edificio de arquitectura victoriana que pertenece en la actualidad a la cadena Radisson, se utilizaban actualmente, junto a otros hoteles, como centro de acogida de más de 300 solicitantes de asilo y refugiados durante los meses de la pandemia. Algunas organizaciones de ayuda y políticos locales habían protestado en las últimas semanas por las condiciones de hacinamiento y la imposibilidad de respetar el distanciamiento social impuesto para combatir el coronavirus.
Craig Milroy, uno de los testigos presentes, ha descrito a la agencia PA que “vio a un hombre tumbado en el suelo, de origen africano, sin zapatos. Alguien más permanecía a su lado y le intentaba sostener. No sé si era una herida de bala o una herida de cuchillo”. Según el testigo, se trataba de una de las víctimas atendidas por los servicios de emergencia.
“Profundamente apesadumbrado por el terrible incidente de Glasgow. Mis pensamientos están con las víctimas y sus familiares. Gracias a los valerosos servicios de emergencias que están respondiendo”, ha escrito el primer ministro, Boris Johnson, en la red social Twitter. “Las informaciones que llegan desde Glasgow son verdaderamente espantosas. Mis pensamientos están con todos los implicados. Voy recibiendo información a medida que se aclara el incidente. Por favor, dejen hacer su trabajo a los servicios de emergencia y no se acerquen a la zona, y no compartan información sin confirmar”, ha dicho la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon.
Durante el mandato de Boris Johnson el Reino Unido ha sufrido tres incidentes previos de apuñalamiento, aunque a diferencia del de este viernes en Glasgow, todos ellos fueros calificados desde un principio como atentados terroristas. En los tres casos, los presuntos autores fueron abatidos a tiros por los agentes y se demostró posteriormente algún tipo de conexión con el islamismo extremista. El Gobierno ha expresado su voluntad de endurecer las leyes, con el propósito de evitar la puesta en libertad adelantada de los individuos relacionados con el terrorismo, que se acogen a los beneficios penitenciarios existentes.